18.) Repaso de los Mensajes de los Tres Ángeles
/Desde el momento en que Adán y Eva pecaron y tuvieron que dejar su hermoso hogar jardín, el hombre se separó del propósito original de Dios de una comunión abierta con Él. Apenas el hombre pecó, Dios proveyó inmediatamente un modo de mantener la comunicación entre Él y todos los que se dispusieran al rudimentario sistema de sacrificio que se colocó en las puertas del jardín del Edén. Dios creó a la humanidad a Su imagen y Su deseo es estar en constante comunicación con nosotros. De igual modo, colocó en nosotros un profundo deseo de mantener una relación amorosa con Él y con los demás mientras recibimos y respondemos al amor de Dios por nosotros y entonces lo compartimos con todos a nuestro alrededor en un ciclo sin fin.
El gran problema ahora es que nuestros cerebros y emociones están secuestrados por el gran engañador y escuchamos su voz por sobre todas las voces, pues su voz es más fuerte e insistente que la apacible vos de Dios que le habla a nuestro corazón interno. El diablo es un intruso y puede abrirse camino a nuestras mentes sin ser invitado si no nos damos cuentas de sus tácticas ni reconocemos el tenor y contenido de los pensamientos y sentimientos que de él provienen. La Biblia nos dice que resistamos al diablo y él se alejará de nosotros (Santiago 4:7). Pero primero debemos conocer los pensamientos y sentimientos que de él provienen y acudir inmediatamente a Dios para pedir ayuda. Cristo dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz…. De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Juan 10:1-10.
“Es solo por la unión personal con Cristo, por comulgar con Él a diario, cada hora, que podemos brindar los frutos del Espíritu Santo… Nuestro crecimiento en gracia, nuestra dicha, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo y el grado de fe que Le tengamos.” SD 290.
Cuando estuvo en la Tierra, Cristo habló mucho de tener esta relación personal, interactiva e interna consigo mismo y con Su Padre para producir la vida recta que Dios le promete a todos los que vengan a Él a través de Cristo. He aquí algunos ejemplos en la Escritura y el Espíritu de Profecía acerca de esta gran verdad:
“El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Juan 14:23.
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador… Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.”
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer… Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Juan 15:1, 4-7.
“Vi que un santo, de ser recto, podría mover el brazo de Dios.” EW 120.
“Si creemos en el poder del nombre de Jesús y le presentamos nuestras peticiones a Dios en Su nombre, nunca seremos desestimados… Cuando le entregamos todo lo que tenemos y somos a Dios y nos ponen en posiciones peligrosas en contacto con Satanás, deberíamos recordar que debemos lograr la victoria al encontrarnos con el enemigo en el nombre y con el poder del Conquistador. Todo ángel será instruido a acudir a nuestro rescate cuando así dependamos de Cristo, solo así podremos vencer.” KH 265.
“Dios conoce nuestras necesidades y las tiene cubiertas. El Señor tiene una casa de tesoros para Sus hijos y puede darle lo que necesiten en cualquier circunstancia… No hay carga que no pueda remover, no hay oscuridad que no pueda disipar, no hay debilidad que no pueda convertir en poder, no hay temor que no pueda calmar, no hay aspiración digna que no pueda guiar y justificar.” KH 224.
“La vida de Cristo mostró lo que la humanidad puede hacer al ser partícipes de la naturaleza divina. Todo lo que Cristo recibió de Dios, también lo podemos tener. Entonces pidan y reciban la inquebrantable fe de Jacob junto con la incansable persistencia de Elías, pídanle a Dios todo lo que prometió.” COL 149.
“Es privilegio de los Cristianos saber que Cristo ciertamente mora en ellos. ‘Esta es la victoria que logró el mundo, incluso nuestra fe.’ Todas las cosas son posibles para el que cree y lo que deseemos, cuando oramos, si creemos que lo recibiremos, lo tendremos. Esta fe penetrará hasta la nube más oscura y le llevará esperanza a las almas caídas y abatidas. Es la ausencia de esta fe y confianza lo que causa perplejidad, temores y ceder ante el mal. Dios hará cosas grandiosas para Su pueblo cuando tengan completa confianza en Él. Cristo probará ser una fuente inacabable de fuerza, una ayuda presente en todo momento de tribulación.” ST 9-2-97.
Escuchar la firme vocecita de Dios antecede la completa purificación de nuestras vidas y la preparación de corazón que es necesaria para recibir la lluvia tardía.
“Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata… las apartarás como trapo asqueroso ¡Sal fuera! les dirás. Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante.” Isaías 30:19-23.
La preparación necesaria para escuchar la voz de Dios y recibir las instrucciones y guía del Espíritu Santo es vivir a toda la luz que conozcamos y mantener nuestros corazones blandos a las huellas del Espíritu Santo al pasar tiempo con Dios en Su palabra y a través de la oración. En cada época de la historia, los que siguieron esta receta para la santidad fueron a los que Dios se revelaría y usaría para ser Sus representantes.
Dios está buscando gente así hoy y tú y yo podemos ser parte de ellos. La receta es la misma que siempre. Debemos vivir a toda la luz que tenemos a nuestro alcance y constantemente buscar una luz para avanzar a medida que nos acercamos al cierre de gracia de este mundo.
“Mediante el ministerio de los ángeles, el Espíritu Santo puede obrar en la mente y el corazón del ser humano y atraerlo a Cristo... El Espíritu Santo es nuestra suficiencia en la obra de edificar el carácter, de formarlo de acuerdo con la semejanza divina. Cometemos un grave error cuando pensamos que somos capaces de modelar nuestra propia vida. Nunca podemos por nosotros mismos vencer la tentación. Pero los que tienen una fe genuina en Cristo serán movidos por el Espíritu Santo. El alma en cuyo corazón habita la fe, crecerá constituyendo un bello templo para el Señor. Será dirigida por la gracia de Cristo. Crecerá en la misma proporción en que dependa de las enseñanzas del Espíritu Santo.” KH 57.
“Dios quiere que le demostremos nuestra lealtad a Él con obediencia incuestionable. Al decidir cualquier curso, no deberíamos pedir solo si podemos sacar provecho o algún daño de eso, sino si es contrario a la voluntad de Dios. Debemos aprender a desconfiar de nosotros mismos y a confiar completamente en Dios para que nos guíe y apoye, para que nos dé conocimiento de Su voluntad y que nos dé fuerza para llevarla a cabo. Debemos estar en alta comunión con Dios. La oración en secreto, mientras las manos están trabajando, mientras se transita por el camino, de noche, los deseos del corazón siempre ascendiendo a Dios – esta es nuestra única seguridad. De este modo Enoc caminó con Dios. De este modo nuestro Ejemplar recibió la fuerza para transitar el camino escabroso desde Nazaret al Calvario.” KH 252.
Hay muchos en el mundo Cristiano de hoy que creen que mientras hayan aceptado a Cristo como su Salvador y lleven una buena vida de acuerdo a los estándares humanos, Cristo compensa cualquier discrepancia entre sus vidas y la Suya al atribuirles Su perfecta rectitud para cubrir las imperfecciones del carácter. Esto es lo que creen que es la rectitud por fe. Pero el carácter recto de Cristo debe asimilarse al nuestro al mantener la comunicación con Él. Debemos amar lo que Él ama, despreciar lo que Él desprecia. Sus pensamientos y sentimientos deben ser los nuestros. Así con una constante relación de amor con Cristo a través del Espíritu Santo, asimilamos Su vida a la nuestra. Esto no puede pasar a menos que tengamos una relación diaria, a cada hora y a cada minuto con Él. No podemos hacer nada por nuestros propios medios para alcanzar la verdadera santidad de carácter, pues ‘la santidad es estar de acuerdo con Dios’ (5T 743) y ‘sin santidad nadie verá al Señor’ (Hebreos 12:14). Solo al conocerlo y conocer cómo siente y piensa acerca de todo es que podemos llegar a estar de acuerdo con Él, pues nuestros corazones naturales están depravados y no pueden conocer la voluntad de Dios ni llevarla a cabo de manera aceptable, incluso si apenas la conocemos a nivel superficial.
“Esta unión con Cristo, una vez formada, debe ser mantenida… Este no es un contacto casual, ninguna unión que se realiza y se corta luego… La vida… recibida… de mí puede conservarse únicamente por la comunión continua. Sin mí, no podéis vencer un solo pecado, ni resistir una sola tentación… El conducto de comunicación debe mantenerse continuamente abierto entre el hombre y su Dios.” DA 676.
“Es solo con la unión personal con Cristo, comulgando con Él a diario, a cada hora, que podemos brindar los frutos del Espíritu Santo… Nuestro crecimiento en gracia, nuestra dicha, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo y el grado de fe que Le tengamos.” SD 290.
Ser un Cristiano no debe compararse a tener una carrera como médico, enfermera, profesor o cualquier otra profesión. Ser Cristiano significa que ahora tenemos una relación personal y actual con Cristo en la que toda nuestra vida está inmersa en la Suya y que Él reproduce Su vida en nosotros. Es una relación amorosa más allá de todo lo que conocemos en esta Tierra. Es volverse uno con Él de forma tan íntima y completa que Él esté en todos nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Como dice Pablo: “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.” 2da. Corintios 5:9.
“Miren a Cristo constantemente si desean avanzar paso a paso en el angosto camino ofrecido para que los escogidos del Señor caminen, diciendo en sus corazones: ‘A Ti te buscaré, oh Dios; a Ti te seguiré, a Ti te serviré, bajo Tu guía puedo y voy a avanzar.’” KH 41.
Cristo dijo:
“Moren en Mí y Yo en ustedes. Como la rama no puede dar frutos sola, salvo que esté unida a la vid, así tampoco ustedes, salvo que estén unidos a Mí.” Juan 15:4, VRS.
“’Moren en Mí’ son palabras de gran significado… Significa una constante recepción del Espíritu de Cristo, una vida de rendición sin reservas a Su servicio. Donde exista esta unión, buenas obras sucederán. La vida de la viña se manifestará en fragante fruta en las ramas. El continuo suplemento de la gracia de Cristo los bendecirá y hará de ustedes una bendición, hasta que puedan decir con Pablo: ‘Estoy crucificado con Cristo, sin embargo vivo, no por mí, sino que Cristo vive en mí.’ (Gálatas 2:20)… Los que continuamente reciben fuerza de Cristo poseen Su Espíritu.” KH 132.
“No hay en nuestra naturaleza impulso alguno ni facultad mental o tendencia del corazón, que no necesite estar en todo momento bajo el dominio del Espíritu de Dios. No hay bendición alguna otorgada por Dios al hombre, ni prueba permitida por él, que Satanás no pueda ni desee aprovechar para tentar, acosar y destruir el alma, si le damos la menor ventaja. En consecuencia, por grande que sea la luz espiritual de uno, por mucho que goce del favor y de las bendiciones divinas, debe andar siempre humildemente ante el Señor, y suplicar con fe a Dios que dirija cada uno de sus pensamientos y domine cada uno de sus impulsos.” PP 421.
Cuando tenemos esta relación constante e inquebrantable con Cristo, podemos decir con Pablo: “Donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Y nosotros, que con caras descubiertas reflejamos la gloria del Señor, estamos siendo transformados a Su imagen con gloria siempre en aumento que proviene del Señor, que es el Espíritu.” 2da. Corintios 17, 18.
¿Pero que le ocurre a nuestra relación de Cristo cuando le respondemos a la tentación a través de nuestra naturaleza carnal en vez que por la del Espíritu Santo? Satanás conoce nuestras debilidades y constantemente busca una oportunidad de causar provocaciones y angustias para hacernos caer. Entonces, si decidimos ceder ante la tentación, nos trae oscuridad y culpa e intenta decirnos que Dios no está contento con nosotros y que apartó Su rostro de nosotros gracias a nuestros pecados. Su propósito es separarnos de Cristo tanto como sea posible y hacernos abandonar la esperanza de alcanzar la perfección de carácter que Dios tiene para nosotros. Pero Cristo prometió nunca dejarnos o abandonarnos y debemos aprender que cuando caemos ante el pecado o siquiera pensamos en cometer un pecado, debemos acudir a Él inmediatamente para pedir ayuda, aliento y fuerza para resistir las tentaciones del maligno.
“De los defectos de carácter se vale Satanás para obtener el dominio de toda la mente, y sabe que si se conservan esos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los seguidores de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús presenta en su favor sus manos heridas, su cuerpo quebrantado; y declara a todos los que quieran seguirle: ‘Bástate mi gracia’. ‘Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga’. Entonces, nadie considere sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos.” GC 489.
A través de la historia de la humanidad, los verdaderos seguidores de Dios han esperado ser libres de los estragos que el pecado le ha causado a nuestras mentes y cuerpos. Para un Cristiano sincero o un seguidor de Cristo en cualquier momento de la historia, es el mayor anhelo del corazón complacerlo y representarlo tanto en el espíritu interno y el alma como en el comportamiento externo. Pero en toda la Biblia, las historias de incluso los mejores escogidos de Dios revelan una accidentada historia de triunfos y tragedias. Aunque las historias de José y Daniel no tienen ningún registro de la partida de la integridad y la voluntad de Dios en sus vidas, se contaron a sí mismos como humildes instrumentos de Dios para su momento histórico y buscaron el fin del reino del pecado y la herencia de los justos en la Canaán celestial.
En toda época, el pueblo de Dios ha esperado ver el día cuando pecado y pecadores no existan más y cuando el eterno reino de Dios se establezca definitivamente. En toda la Biblia esta espera de conocer el momento de nuestros dolores de parto se expresa con frecuencia. Todo el libro de Habacuc se basa en esta pregunta: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás?... ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan… el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.” Habacuc 1:2-4.
Entonces Dios responde: “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.” Versículo 5.
Daniel también le planteó esta importante pregunta al Señor, relativa a las sorprendentes profecías que le estaban siendo reveladas: ““Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.... ‘Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días’”. Daniel 12:8-13.
En los anales de la historia profética, Dios siempre señaló un tiempo en el cual cumple Su palabra y rescata a Su pueblo. Cuando Cristo vino con dos ángeles y visitó a Abraham para anunciarle que había llegado el momento para la concepción y nacimiento de Isaac, la semilla prometida, le dio a Abraham: ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.” Génesis 18:14.
Cuando Daniel recibió la visión de la profecía de los 2300 días relativa a la purificación del Santuario, se le dijo a Daniel que aplicaba para el tiempo señalado del fin: “Entonces escuché a un santo hablar y otro santo le dijo a él: ‘¿Cuánto tardará la visión en cumplirse – la visión relativa al sacrificio diario, la rebelión que causa desolación y la rendición del Santuario y del huésped que será pisoteado?’ Me dijo: ‘Se tardará 2300 (días, VRS); entonces el Santuario será (purificado, VRS)’…. ‘Hijo de hombre’, me dijo, ‘entiende que la visión le concierne al tiempo del fin’… ‘Te diré lo que pasará luego en momento de la ira, porque la visión le concierne al tiempo señalado del fin.’” Daniel 8:13-19.
Observen de nuevo las palabras del Señor a Daniel cuando preguntó acerca del momento de las profecías que vio: “Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.” Daniel 12:9. 10.
Observen que una de las señales del cierre de la historia terrestre es un remanente purificado que por medio de una relación íntima con Cristo será “purificado, inmaculado y refinado.” Estos son los únicos que sabrán cuándo llegó el fin de los tiempos, gracias a la experiencia purificadora que tuvieron con Cristo. Cuando los inicuos se den cuenta, será muy tarde para prepararse. Cristo ilustra este hecho con la parábola de las vírgenes prudentes e imprudentes. Inmediatamente después de dar la extensa descripción de las señales del fin y de Su venida, Cristo cuenta esta parábola: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: !Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.” Mateo 25:1-10.
Es una triste verdad que un carácter purificado y recto no es transferible de una persona a otra. Todos deben tomar su elección y asegurar una relación personal con Cristo. Podemos alentar a otros, pero no podemos transferirles la santidad a ellos, ni podemos recibirla de otra persona. Sin embargo Pablo nos dice: “Sin santidad nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14. Consideremos por un instante el significado de santidad: “Dios nos ha ordenado: ‘Sed santos, porque yo soy santo’; y un apóstol inspirado declara que sin la santidad ‘nadie verá al Señor’. La santidad consiste en concordar con Dios. Por el pecado la imagen de Dios en el hombre ha sido estropeada y casi borrada; es obra del Evangelio restaurar lo que se había perdido; y hemos de cooperar con el agente divino en esta obra. Y ¿cómo podemos volver a estar en armonía con Dios? ¿cómo recibiremos su semejanza a menos que obtengamos un conocimiento de él? Este conocimiento es lo que Cristo vino a revelarnos… Por los méritos de Cristo, por su justicia que nos es imputada por la fe, debemos alcanzar la perfección del carácter cristiano. Se presenta nuestra obra diaria y de cada hora en las palabras del apóstol: “Puestos los ojos en el autor y consumador de la fe, en Jesús”. Mientras hagamos esto, nuestro intelecto se esclarecerá, nuestra fe se fortalecerá y se confirmará nuestra esperanza; nos embargará de tal manera la visión de su pureza y hermosura, y el sacrificio que ha hecho para ponernos de acuerdo con Dios, que no tendremos disposición para hablar de dudas y desalientos..” 5T 743, 4.
“Es cierto que vendrán desilusiones; debemos esperar tribulación; pero hemos de confiar todas las cosas, grandes y pequeñas, a Dios. El no se queda perplejo por la multiplicidad de nuestras aflicciones, ni le abruma el peso de nuestras cargas. Su cuidado vigilante se extiende a toda familia y abarca a todo individuo; él se interesa en todos nuestros quehaceres y pesares. Nota toda lágrima; le conmueve el sentimiento de nuestra flaqueza. Todas las aflicciones y pruebas que nos incumben aquí, son permitidas para que realicen sus propósitos de amor hacia nosotros, “para que recibamos su santificación”, y así participemos de aquella plenitud de gozo que se halla en su presencia...” 5T 742.
Habacuc fue otro profeta antiguo que cuestionó la tolerancia de Dios con los inicuos y su traición en contra de los rectos: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él?... Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja. Y Jehová me respondió, y dijo: ‘Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella’. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.’” Habacuc 1:13; 2:1-3..
Observen en estos textos que el momento indicado es con frecuencia llamado el momento indicado para el fin. Puede ser el fin de una larga espera para que se cumpla una profecía, como el caso de Abraham y Sara o puede ser el fin de un período de tiempo profético o un tiempo de castigo o juicio para una nación o cierta porción de gente. Incluso puede ser un tiempo de tribulación en nuestras vidas individuales, cuando esperamos la liberación y restauración para curarnos y recibir paz. En cualquier caso, podemos saber que Dios tiene un propósito para lo que estamos experimentando y que también tiene una liberación para nosotros a Su debido tiempo.
“En las horas más oscuras, bajo las circunstancias más extremas, el creyente Cristiano puede tener su alma en la fuente de toda luz y poder. Día a día, por medio de la fe en Dios, su esperanza y coraje puede renovarse. ‘Los justos vivirán por su fe.’ En el servicio de Dios no debe haber abatimiento, desmayo o temor. El Señor más que cumplirá las mayores expectativas de los que confían en Él. Les dará la sabiduría que sus varias necesidades demandan… Debemos apreciar y cultivar la fe con la que los profetas y apóstoles testificaron – la fe que se aferra a las promesas de Dios y espera la liberación en el momento y forma indicados por Él. La segura palabra profética se cumplirá finalmente en la gloriosa venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes y Señor de señores. La espera puede parecer larga, el alma puede ser oprimida por circunstancias desalentadoras, muchos en los que se depositó confianza podrán caer en el camino, pero con el profeta que se esforzó en alentar a Judá en un momento de apostasía sin precedente, declaremos confiadamente: ‘El Señor está en Su templo sagrado: Que toda la Tierra guarde silencio ante Él.’ Que siempre recordemos el mensaje de aliento: ‘La visión será para un tiempo indicado, pero al final hablará y no mentirá: Aunque tarde, esperen por ella, porque de cierto vendrá, no tardará demasiado… El justo debe vivir por su fe.’” PK 387, 8.
Durante siglos, el pueblo de Dios estuvo esperando la Segunda Venida de Cristo. Especialmente desde 1844, cuando Cristo le reveló a Sus verdaderos seguidores que pasaría del ministerio en Su Primera Habitación del Santuario celestial a la obra final de juicio en la Segunda Habitación, la inminencia de la venida de Cristo se ha proclamado. Pero han pasado más de ciento setenta y cinco años desde que nuestros padres fundadores recibieron este bendito mensaje y muchos se están decepcionando y haciéndose escépticos de las verdades que una vez se consideraron queridas y están buscando otras denominaciones con enseñanzas y creencias más atractivas. No es raro escuchar desde el púlpito y de recientes publicaciones que la victoria total sobre el pecado no es posible hasta que Cristo venga y remueva nuestra naturaleza carnal. El evangelismo que revela que el verdadero carácter del papado está desalentándose en muchas áreas en todo el mundo. “Solo Jesús” es una frase que ciertos grupos usan como una alternativa a nuestras doctrinas originales. Es momento para que ahora repasemos las importantes enseñanzas de nuestra historia y las apliquemos por medio del Espíritu Santo a nuestro mensaje del presente, porque el momento de Su venida está cerca.
Al considerar el tiempo en el que ahora vivimos, es importante notar que las profecías del pasado, tanto en la Biblia como en el Espíritu de Profecía, fueron escritas más para nuestra época que para aquella.
“Cada uno de los antiguos profetas habló menos de su propia época en favor de la nuestra para que sus profecías estuviesen vigentes para nosotros. La Biblia ha acumulado y vendado sus tesoros para la última generación. Todos los grandes eventos y solemnes transacciones de la historia del Antiguo Testamento estuvieron y están repitiéndose en esta última generación.” 3SM 338, 39.
Porque las señales de los tiempos y el Espíritu de Dios en nuestro interior nos aseguran que estamos en la generación final, todo lo que leemos es la verdad presente para nosotros ahora. Así, en lugar de desencantarnos y decepcionarnos perdiendo la fe, deberíamos estudiar todas las profecías y aplicarlas a nuestra experiencia y tiempo presente. Desafortunadamente, estudios recientes muestran que solo el 17 % de los Adventistas del Séptimo día leen el Espíritu de Profecía. Esto por sí mismo es una señal que la venida de Cristo está cerca.
“Una cosa es cierta: los adventistas del séptimo día que adoptan su posición bajo la bandera de Satanás, primero abandonarán su fe en las advertencias y reproches contenidos en los testimonios del Espíritu de Dios.” 3SM 84.
“El engaño final de Satanás será dejar sin efecto los Testimonios del Espíritu de Dios. ‘Donde no hay visión, la gente muere.’ (Proverbios 29:18).” 1SM 48.
Es momento que levantemos los estándares de la antigüedad y estudiemos el consejo y las advertencias que se dieron, porque llegó el momento en que Dios llame a esta generación a responder por el conocimiento que se nos ha dado.
“Estamos en el umbral de grandes y solemnes eventos. Muchas de las profecías están a punto de cumplirse en rápida sucesión. Todo elemento de poder está a punto de ponerse en movimiento. La historia se repetirá, viejos conflictos cobrarán nueva vida y el peligro acechará al pueblo de Dios desde cada ángulo. La intensidad está apretando a la familia humana. Está permeando todo sobre la Tierra… Estudien Apocalipsis en conjunto con Daniel, pues la historia se repetirá.” TM 116.
“Se considera que todos estos registros del pasado tengan un nuevo significado y por medio de ellos se brinda una luz sobre el futuro, iluminando el camino de los que, como los reformadores del pasado, serán llamados bajo cualquier riesgo a testificar la Palabra de Dios y a dar el Testimonio de Cristo.” GC 12.
“En el gran conflicto final, Satanás empleará la misma política, manifestará el mismo espíritu y trabajará para el mismo fin que en todo el pasado. Todo lo que fue será, salvo que la lucha venidera estará marcada por una enorme intensidad como la cual el mundo nunca vio.” GC 11.
Cuando tomamos de corazón los consejos que se nos han dado, veremos un poderoso renacer y la iglesia triunfante avanzará bajo la lluvia tardía hacia la culminación final de la historia y nuestra consumación como la Novia de Cristo.
“Los peligros de los últimos días están sobre nosotros y en nuestro trabajo, debemos advertirle a la gente del peligro que corren. Que ninguna escena solemne que la profecía haya revelado quede sin tocarse. Si nuestra gente estuviese medio despierta, si se diesen cuenta de la cercanía de los eventos descritos en Apocalipsis, se forjaría una reforma en nuestras iglesias y muchos más creerían en el mensaje.” Ev 195.
Cuando Dios les reveló a nuestros padres fundadores las verdades contenidas en el libro del Apocalipsis, se abrió el camino del conocimiento que prepararía a un pueblo para ser aptos para ser traspuestos sin ver muerte. Hasta ese momento, los maravillosos y proféticos libros de Daniel y Apocalipsis habían permanecidos envueltos en el misterio. Pero desde 1844 en adelante, el destino de cada generación se basó en su recepción y propagación de las verdades allí contenidas, pues Dios no puede “terminar con la transgresión y ponerle fin al pecado” (Daniel 9:24) hasta que no tenga un pueblo que coopere completa y totalmente con Él en la purga del pecado en sus propias vidas.
“Los que vivan en la tierra cuando cese la intercesión de Cristo en el santuario celestial deberán estar en pie en la presencia del Dios santo sin mediador. Sus vestiduras deberán estar sin mácula; sus caracteres, purificados de todo pecado por la sangre de la aspersión. Por la gracia de Dios y sus propios y diligentes esfuerzos deberán ser vencedores en la lucha con el mal. Mientras se prosigue el juicio investigador en el cielo, mientras que los pecados de los creyentes arrepentidos son quitados del santuario, debe llevarse a cabo una obra especial de purificación, de liberación del pecado, entre el pueblo de Dios en la tierra. Esta obra está presentada con mayor claridad en los mensajes del capítulo 14 del Apocalipsis… Cuando esta obra haya quedado consumada, los discípulos de Cristo estarán listos para su venida.” GC 425
Cuatro generaciones ya pasaron desde que nuestros padres fundadores descubrieron las maravillosas verdades que se hallan en Apocalipsis 14. Sería bueno para nosotros estudiar estas verdades hasta que ardan en nuestros corazones al igual que lo hicieron cuando los primeros creyentes Adventistas las vivieron y predicaron.
Apocalipsis 14 comienza con la descripción de los 144.000 que acompañan a Cristo en el Monte Sión, como representantes de todos los salvados de la Tierra. Se describen como de carácter inmaculado y dignos representantes de la obra final de Cristo en el Lugar Santísimo. Tienen Su nombre y el de Su Padre escritos en sus frentes, representando Su carácter: “Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.” Apocalipsis 14:4, 5.
En lenguaje común, los 144.000 representan la obra final de Cristo en el Lugar Santísimo del Santuario al purificar por completo a Su pueblo del pecado y hacerlos armonizar consigo mismo en todo aspecto de sus vidas. Son llamados primicias porque son la primera generación que tuvo toda la luz necesaria para cooperar por completo con Cristo en todo aspecto y no tienen nada en sus mentes, corazones, emociones o conductas que no esté en total armonía con Cristo en todo modo. Por esto es que son llamados las primicias de la Tierra, porque todas las demás generaciones de los salvados descendieron al sepulcro donde estaban, con el desarrollo de su carácter al momento de su deceso, cubiertos con la perfecta rectitud de Cristo en toda área en la cual no conocían, comprendían ni entendían de la perfecta rectitud de Dios.
Desafortunadamente, demasiados Cristianos de hoy en día, incluso en nuestra propia iglesia, esperan que Cristo los cubra con Su rectitud incluso sabiendo que viven abiertamente en el pecado. Estos estarán terriblemente decepcionados el día del juicio final.
“La rectitud de Cristo no cubrirá a nadie que aprecie el pecado… Pero la ley de Dios mira los secretos del corazón. Todo acto es juzgado por los motivos que lo propiciaron. Solo lo que sea acorde a los principios de la ley de Dios permanecerá en el juicio… Dios es amor… Pero el amor de Dios no lo lleva a excusar el pecado. No lo excusó en Satanás, ni en Adán ni en Caín, tampoco lo excusará en ningún otro hijo de los hombres. No obviará nuestros pecados ni dejará pasar los defectos en nuestros caracteres. Espera que venzamos en Su nombre… En la parábola del banquete nupcial, cuando el rey preguntó: ‘¿Cómo entraste aquí sin un traje de bodas?’, el hombre quedó sin palabras. Así será en el gran día del juicio. Los hombres excusan ahora los defectos en su carácter, pero en aquel día, no tendrán ninguna excusa.” COL 316, 17.
“No podemos sobrestimar el valor de la fe sencilla y la obediencia incuestionable. Solo siguiendo el camino de la obediencia con fe sencilla que el carácter alcanza la perfección.” 4BC 1137.
Después de presentar el producto final del cierre de la obra de Cristo en el Santuario celestial, Juan describe el proceso por el cual este grupo se forma en las etapas finales del gran conflicto. Este proceso se revela como el trabajo de tres ángeles en sucesión, quienes avanzan con mensajes diseñados para segar la cosecha de la Tierra. Durante el mensaje del primer ángel, el pueblo de Dios es purificado y preparado para avanzar a predicar. Los mensajes del segundo y tercer ángel le advierten al mundo la destrucción venidera y el juicio sobre los que se niegan a escuchar las advertencias dadas por Dios a través de Su pueblo.
“Los tres ángeles de Apocalipsis 14 se representan como volando en medio del cielo, simbolizando el trabajo de los que proclaman los mensajes del primer, segundo y tercer ángel.” 6T 17.
“Debiéramos sentir ahora la responsabilidad de trabajar con intenso fervor en impartir a otros las verdades que Dios ha dado para este tiempo… Todos están decidiendo ahora su destino eterno. Es necesario despertar a los hombres para que comprendan la solemnidad del tiempo, la proximidad del día en que terminará el tiempo de prueba de los hombres. Deben hacerse esfuerzos definidos para presentar a la gente y en forma descollante el mensaje para este tiempo.” 6T 16.
A la luz de estas declaraciones, creo debemos tomar una mirada más cercana a los mensajes de los tres ángeles ya que pertenecen a nuestro momento histórico en específico, pues es hora que se repitan para la última generación. Cristo le advirtió a Su generación que serían responsables por toda la sangre que se había derramado desde el inicio del mundo hasta entonces. Así mismo será con la última generación que viva en la Tierra y quienes participarán en los eventos finales que ocurrirán al final de los tiempos.
“!Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación.” Lucas 11:47-51.
Dios mide a cada generación por el modo en que responden a los mensajeros que Él les envía para llevarles el mensaje de la verdad de su tiempo. Entonces son juzgados basados en su respuesta a estos mensajes.
“Para Su iglesia en cada generación, Dios tiene una verdad y un trabajo especial.” COL 78.
“En toda era hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios a la gente de esa generación.” COL 127.
“Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos, escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incrédulos… Los que estén mirando al Señor están purificando sus almas al obedecer la verdad. Con vigilante atención combinan la obra sincera. Porque saben que el Señor está a las puertas, su entusiasmo se ve estimulado a cooperar con las inteligencias divinas para trabajar para la salvación de las almas… Están declarando la verdad que ahora es especialmente aplicable. Como Enoc, Noé, Abraham y Moisés declararan las verdades de sus épocas, así también los siervos de Cristo le darán una advertencia especial a su generación.” DA 634.
En los días de Elena White y los pioneros del mensaje Adventista, se proclamó a los mensajes de los tres ángeles como aplicables a su experiencia y su momento histórico. Su responsabilidad y mensaje era anunciar la apertura de la Segunda Habitación del Santuario celestial y el paso de Cristo a las labores que llevaría a cabo allí para Su pueblo. Pero cuatro generaciones pasaron desde entonces y ahora hay nuevos deberes y mayor luz para que nuestra generación comprenda, experimente y proclame. La obra de Cristo no ha estado estática desde 1844 y nuestra vida depende de seguir a Cristo en Su obra allí y cooperar por completo con Él para recibir los beneficios de Su meditación.
“En estos últimos días es nuestro deber averiguar el significado completo de los mensajes del primer, segundo y tercer ángel.” LDE 68.
“La proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel ha sido establecida por la Palabra inspirada… Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán.” CW 26, 7.
“Muchos de los que aceptaban el tercer mensaje no habían tenido experiencia en los dos anteriores. Satanás comprendió esto, y fijó en ellos su ojo maligno para vencerlos; pero el tercer ángel dirigía la atención de ellos hacia el lugar santísimo, y los que habían tenido experiencia en los mensajes anteriores les indicaban el camino del santuario celestial. Muchos percibieron el perfecto eslabonamiento de verdades en los mensajes angélicos, y aceptándolos gozosamente uno tras otro, siguieron al Señor por la fe en el santuario celeste. Estos mensajes me fueron representados como un áncora para el pueblo de Dios. Quienes los comprendan y acepten quedarán libres de verse arrastrados por los muchos engaños de Satanás.” EW 256.
Cuando nuestros antepasados descubrieron, recibieron y predicaron los mensajes de los tres ángeles, el mensaje del primero anunciaba la entrada de Cristo al Lugar Santísimo para comenzar el juicio; el mensaje del segundo anunciaba la caída de las iglesias Protestantes que rechazaron el mensaje y el tercer ángel anunciaba el entendimiento del cuarto mandamiento como se aplica al Sábado como séptimo día en lugar del Domingo. El descubrimiento del rol del papado al mover el Sábado al Domingo también fue parte importante de los mensajes del segundo y el tercer ángel.
“El mensaje del tercer ángel demanda la presentación del día de reposo del cuarto mandamiento, y esta verdad debe ser presentada delante del mundo.” Ev 184.
“El mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14 se predicó por primera vez en el verano de 1844 y entonces tuvo una aplicación más directa para las iglesias de los Estados Unidos… Pero este mensaje no se cumplió por completo en 1844. Las iglesias de entonces experimentaron un decaimiento moral… pero esa caída no fue total… todavía no… podía decirse que ‘Babilonia ha caído… porque hizo que todas las naciones bebieran el vino de la ira de su fornicación.’ Todavía no había hecho que las naciones hicieran esto… El trabajo apóstata no había alcanzado su culminación todavía.”
“La Biblia declara que antes de la venida del Señor, Satanás trabajará con todo poder, señales, maravillas y con todo engaño de los rectos… Hasta que esta condición no se alcance y la unión de la iglesia con el mundo se complete en toda la Cristiandad, la caída de Babilonia no se habrá consumado. El cambio es progresivo y el perfecto cumplimiento de Apocalipsis 14:8 todavía está en el futuro… Apocalipsis 18 indica el tiempo cuando como resultado de rechazar la triple advertencia de Apocalipsis 14:6-12, la iglesia habrá alcanzado la condición predicha por el segundo ángel y el pueblo de Dios que siga en Babilonia será llamado a separarse de su comunión. Este mensaje es el último que se le dará al mundo y cumplirá con su cometido… Entonces la luz de la verdad brillará sobre todos aquellos cuyos corazones estén abiertos a recibirla y todos los hijos del Señor que aún estén en Babilonia oirán el llamado, ‘Salgan de allí, pueblo Mío.’” GC 389, 90.
Queda así claro que la generación final del pueblo de Dios predicará un mensaje que contenedor de toda la verdad que fue predicada por nuestros antepasados, con la luz adicional que se aplica especialmente a aquellos que vivirán para ver volver a Cristo. Con eso en mente, leamos el mensaje del primer ángel que se halla en Apocalipsis 14: ““Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: ‘Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.’” Apocalipsis 14:6, 7.
El mensaje del primer ángel tiene su escenario en la prédica del evangelio a todo el mundo. La palabra “evangelio” en Griego es “euangelizo”, que significa “predicar (llevar) las buenas nuevas (evangelio), a menudo concentrándose en el contenido del mensaje que se lleva. En el Nuevo Testamento siempre se refiere a la muerte, sepulcro, resurrección y testimonio de Jesucristo, incluyendo sus implicaciones para la relación de la humanidad con Dios.” Concordancia de la NVI.
La primera referencia en el Nuevo Testamento de la palabra “evangelio” se halla en Mateo 24:14: “Y este evangelio del reino será predicado por todo el mundo como testimonio para todas las naciones y entonces vendrá el fin.”
El último uso de la palabra “evangelio” se halla en Apocalipsis 14:6 para anunciar el significado, la importancia y el alcance de los mensajes de los tres ángeles. Las maravillosas noticias del evangelio es que todo lo que Satanás hizo para destruir el reino de Dios será finalmente derrotado por el plan de salvación el cual es brindado por la vida, muerte, resurrección e intercesión de Jesucristo en el Santuario celestial hasta que se cierre la gracia para los habitantes de la Tierra.
Cuando Cristo estuvo en la Tierra, presentó el mensaje del comienzo del evangelio y profetizó sobre su fin. Los mensajes de los tres ángeles vienen al final de los tiempos e incluyen verdades vitales que deben comprenderse, experimentarse y predicarse por el pueblo final de Dios como testigos ante el mundo. Observen cuidadosamente que si bien el mensaje del primer ángel se planta firmemente dentro del evangelio eterno y perenne, hay un mensaje en específico que debe ser predicado antes que la obra del evangelio pueda culminar. Ese mensaje es: “Teman a Dios y glorifíquenlo, porque la hora de Su juicio ha llegado.”
Este mensaje de la purificación del remanente final del pueblo de Dios al final de los tiempos siembre fue un tema recurrente en todas las Escrituras. He aquí algunos ejemplos:
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia…”
“Y vendré a vosotros para juicio”. Malaquías 3:1-5
“Quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en mi santo monte. Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa”. Sofonías 3:11-13.
“En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.” Isaías 45:25.
“En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.” Jeremías 50:20.
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” 2da. Corintios 7:1.
“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14.
“La santidad es estar de acuerdo con Dios.” 5T 743.
Pablo dice que los grandes hombres y mujeres de la antigüedad están ahora descansando en sus sepulcros esperando la última generación que le pondrá fin al curso de toda la humanidad: “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.” Hebreos 11:39, 40.
El Espíritu de Profecía está lleno de verdades concernientes a la obra del juicio en cada vida individual y la necesidad de una purificación total del pecado a través del poder y la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas mientras cooperamos con Cristo en la obra purificadora que lleva a cabo en el Lugar Santísimo antes del cierre de gracia:
“El pecado puede resistirse y vencerse solo a través de la poderosa agencia de la Trinidad, que acudirá no con energía modificada, sino con total poder divino. Es el Espíritu el que hace efectivo lo que forjó el Redentor del mundo. Es por el Espíritu que el corazón se hace puro. A través del Espíritu el creyente se hace partícipe de la naturaleza divina. Cristo le dio a Su Espíritu un poder divino para vencer toda tendencia al mal tanto heredada como cultivada y para reproducir Su propio carácter sobre Su iglesia… La propia imagen de Dios debe reproducirse en la humanidad. El honor de Dios, el de Cristo, están involucrados en la perfección del carácter de Su pueblo.” DA 671.
“Cuando él venga, no lo hará para limpiarnos de nuestros pecados, quitarnos los defectos de carácter, o curarnos de las flaquezas de nuestro temperamento y disposición. Si es que se ha de realizar en nosotros esta obra, se hará antes de aquel tiempo. Cuando venga el Señor, los que son santos seguirán siendo santos. Los que han conservado su cuerpo y espíritu en pureza, santificación y honra, recibirán el toque final de la inmortalidad. Pero los que son injustos, inmundos y no santificados permanecerán así para siempre. No se hará en su favor ninguna obra que elimine sus defectos y les dé un carácter santo. El Refinador no se sentará entonces para proseguir su obra de refinación y quitar sus pecados y su corrupción. Todo esto debe hacerse en las horas del tiempo de gracia. Ahora es cuando debe realizarse esta obra en nosotros.” 2T 355.
“No habrá oportunidad de cambiar el carácter cuando Cristo venga. El moldeo del carácter debe hacerse mientras haya gracia.” 7BC 990.
“El carácter no puede cambiarse cuando Cristo venga… El moldeo del carácter debe hacerse en esta vida.” TM 430.
“Las tendencias al mal tanto heredadas como cultivadas deben ser crucificadas.” MYP 68.
“La obra de restauración no estará completa hasta que se alcancen las raíces del mal. Una y otra vez las ramas son podadas, mientras la raíz de la amargura quedaba intacta para crecer y descarriar a muchos, pero las profundidades del mal oculto deben alcanzarse, los sentidos morales deben juzgarse una y otra vez a la luz de la presencia divina. La vida diaria dará testimonio si el trabajo es genuino… Si el alma tentada resiste el proceso y el ser no despierta a la vida para sentir el dolor y la exigencia de la prueba, ese cuchillo probatorio revelará que el alma está muerta para sí misma pero viva para Dios.” 5BC 1152.
“Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros yerros a la luz de tu rostro.” Salmos 90:8.
“ada seguidor de Cristo debiera examinarse diariamente, para que pueda conocer perfectamente su propia conducta. Casi todos descuidan el examen propio… Muchos ven y sienten sus carencias, pero parecen desconocer la influencia que ejercen. Tienen conciencia de sus acciones en el momento de realizarlas pero las dejan caer en el olvido y por lo tanto no se reforman. Si los ministros meditaran con atención en las acciones de cada día y las revisaran con cuidado, con el fin de llegar a conocer sus propios hábitos de vida, se conocerían a sí mismos mejor. Al hacer un recuento de su vida diaria en todas las circunstancias conocerían sus propios motivos, los principios que los impulsan. Esta revisión diaria de nuestros actos, para ver si la conciencia aprueba o condena, es necesaria para todos los que desean llegar a la perfección del carácter cristiano.” 2T 511, 12.
“Todo acto de nuestras vidas… es juzgado por el Escudriñador de Corazones de acuerdo a los motivos que los propiciaron.” GW 275.
“Es siguiendo el camino de obediencia con fe sencilla que el carácter alcanza la perfección.” 4BC 1137.
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis… y aun oramos por vuestra perfección… y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.” 2da. Corintios 13:5-11.
“Las inteligencias celestiales obrarán con el agente humano que busque con decidida fe la perfección de carácter que llegará a la perfección en acción. Para todos los dedicados a esta labor, Cristo les dice: ‘Estoy a tu diestra para ayudarte.” COL 332.
¿Qué tienen que ver todas estas citas de la Biblia y el Espíritu de Profecía con el mensaje del primer ángel? Creo que es el primer ángel llamando a la gente del mundo a una experiencia de juicio con Cristo que los limpiará de todo pecado y rebelión que existe en el corazón humano y los prepara para proclamar los mensajes del segundo y el tercer ángel los cuales culminan la obra del evangelio y preparan a un pueblo para resistir el tiempo de tribulación sin un mediador en el Santuario celestial.
Cuando el mensaje del primer ángel se predicó en los años de 1840, el propósito era invitar al mundo a reconocer que Cristo estaba pasando de la Primera Habitación del Santuario a la Segunda para llevar a cabo Su obra final en el Santuario celestial. Pero en la última generación que viva para ver volver a Cristo, Su obra es limpiar y eliminar todo el pecado de Su pueblo para que no se necesite ya más a un mediador entre Dios y el hombre. Para aclarar más esto, revisemos rápidamente la rectitud que era aceptable en cada etapa del Santuario para ser considerados perfectos o inmaculados.
Antes de la venida de Cristo, mientras el Santuario terrenal aún estaba en uso, el estándar de la rectitud se hallaba en el Pentateuco. Así, está escrito que los padres de Juan el Bautista “Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.” Lucas 1:6.
Cuando Cristo estuvo en la Tierra, cumplió todos los rituales del Santuario como el sacrificio del Cordero desde la fundación del mundo para brindar una expiación de los pecados de cada ser humano y un camino de vuelta a través de Él hacia la santidad del carácter.
Después de Su ascenso al cielo, comenzó la aplicación de Su sangre para cada pecador arrepentido para que Su perfecta rectitud cubriese los pecados de Su pueblo que se había quedado corto de la meta de la perfección en su proceso de santificación.
Pero llegó el momento en 1844, cuando Cristo avanzó al trabajo final de redención el cual se llevaría a cabo en la Segunda Habitación o en el Lugar Santísimo del Santuario celestial. Sería una obra de juicio concerniente a todos los que hayan profesado alguna vez aceptar las provisiones de Dios para la salvación. En ese momento se abrieron los libros celestiales y el proceso para decidir el destino eterno de cada persona comenzó. Daniel habla de esta obra de juicio en Daniel 7:9, 10: “Mientras veía, se colocaron tronos en su lugar y el Anciano de Días tomó asiento… Miles de miles lo atendían, diez mil veces diez mil estuvieron delante de él. La corte entró en sesión y se abrieron los libros.”
Elena White describe con más detalle este proceso de juicio:
“A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de los cuales no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borrada de los registros de Dios. El Señor declaró a Moisés: “Al que haya pecado contra mí, a este borraré de mi libro”. Y el profeta Ezequiel dice: “Si el justo se apartare de su justicia, y cometiere maldad, [...] todas las justicias que hizo no vendrán en memoria”.
A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna.” GC 483
Pero la obra de Cristo en el Lugar Santísimo no es estática. A medida que avanza con los casos de los muertos y pasa a los de los vivos, Sus seguidores en la Tierra deben estar en conexión muy cercana con Él para que sepan cuándo Cristo llegará a su nombre en los registros celestiales, para que puedan cooperar con Él en la purificación y eliminación de sus pecados, requisito para recibir la lluvia tardía.
Elena White brinda gran detalle a este respecto:
“Son aquellos que por fe siguen a Cristo en la gran obra de expiación, los que recibirán los beneficios de Su meditación en favor suyo, mientras los que rechacen la luz que lleva a ver esta obra de ministerio, no se beneficiarán.” EW XXIX.
“Cristo le dijo a los ángeles que todos los que Lo encontrasen, entenderían la obra que estaba por llevar a cabo.” EW 251.
“Debe haber una purificación del alma aquí en la Tierra en armonía con la purificación de Cristo del Santuario celestial.” Mar 249.
“Los que desean participar de los beneficios de la mediación del Salvador no deben permitir que cosa alguna les impida cumplir su deber de perfeccionar la santidad en el temor de Dios… El pueblo de Dios debería comprender claramente el tema del Santuario y el juicio investigador. Todos necesitan conocer por sí mismos la posición y obra de su gran Sumo Sacerdote. De otro modo, les será imposible ejercitar la fe que es esencial en nuestros tiempos u ocupar el puesto al que Dios los llama.” GC 488.
“Estamos viviendo ahora en el gran Día de la Expiación. Cuando en el servicio típico el sumo sacerdote hacia la expiación por Israel, todos debían afligir sus almas por medio del arrepentimiento de sus pecados y la humillación ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo. De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que escudriñar honda y sinceramente el corazón... Cada uno tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante…El juicio se lleva ahora adelante en el Santuario celestial. Esta obra se viene realizando desde hace muchos años. Pronto -nadie sabe cuándo- les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deberán ser examinadas. En este tiempo más que en cualquier otro conviene que toda alma preste atención a la advertencia del Salvador: “Velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”. “Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti”. Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3”. GC 489-491.
Mucha gente siente que estas palabras indican que nunca sabremos cuándo aparecerán nuestros nombres en el juicio a los vivos. Pero las implicaciones son claras que los que no sepan, son los que no están velando. La Biblia dice que “El corazón sabio conocerá el momento y procedimiento adecuado.” Eclesiastés 8:5. La pregunta de Daniel acerca del tiempo del fin se respondió con: “Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.” Daniel 12:10
Cristo, revisando la historia hasta este mismo período de tiempo, cuenta la parábola de las vírgenes prudentes e imprudentes y entonces hace la solemne advertencia: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”. Mateo 25:13.
Creo que las vírgenes prudentes sabrán cuándo aparecerán sus nombres en el juicio a los vivos, porque estuvieron atentas a las señales de la venida de Cristo, tal como nos mandó a hacer y tienen una relación personal con Cristo a través del Espíritu Santo y las Escrituras. En el ejemplo de los israelitas en el Día de la Expiación, todos estaban obligados a cooperar con el sumo sacerdote a escudriñar sus corazones durante el día. Los que no lo hacían, eran excluidos del pueblo de Dios. También había diez días de tocar la trompeta antes del Día de la Expiación, durante los cuales la gente examinaba sus corazones como parte de la preparación.
Es mi experiencia y convicción que nos hallamos ahora en el momento del juicio de los vivos y toda alma debe posar sus ojos sobre Cristo y tener una relación personal con Él que nos haga atravesar esta época victoriosamente. Cristo purifica a Su pueblo al permitir que lleguen pruebas a sus vidas para alertarlos de sus debilidades. La manera en que reaccionemos a estas pruebas determinará si somos purificados a través de una relación personal con Cristo o si fallamos y permitimos que nuestros pecados y debilidades sigan siendo parte de nuestro carácter.
“Como el fuego purifica al oro, así Cristo purifica a Su pueblo con tentaciones y pruebas.” TDG 259.
Los que no venzan serán parte de los impíos, pues “El camino de los impíos es como la oscuridad; No saben en qué tropiezan.” Proverbios 4:19.
“Nadie será condenado por no haber prestado atención a la luz y al conocimiento que nunca tuvo y que no pudo obtener. Pero muchos se niegan a obedecer la verdad que les es presentada por los embajadores de Cristo, porque desean amoldarse a las normas del mundo. La verdad que ha llegado hasta su entendimiento, la luz que ha brillado en el alma, los condenarán en el juicio.” 5BC 1145.
Hay un capítulo de los Primeros Escritos llamado “El Sacudón”, lo que creo que es una descripción del pueblo de Dios cuando sus vidas pasan ante Él en el juicio:
“Vi que algunos, con fe robusta y gritos acongojados, clamaban ante Dios… su aspecto manifestaba firmeza y gravedad… Ángeles malvados agolpados, presionando la oscuridad sobre ellos para apartar a Cristo de sus vistas, para que sus ojos se hundieran en las tinieblas que los rodeaban y así llegaran a desconfiar de Dios y a murmurar en Su contra. Su única seguridad era mantener sus ojos directo hacia arriba… Vi ángeles de Dios apresurarse a asistir a todos los que luchaban con todas sus fuerzas para resistirse a los ángeles malignos y que trataban de auto ayudarse al clamar a Dios con perseverancia. Pero Sus ángeles dejaron a los que no hacían el esfuerzo de ayudarse a sí mismos y los perdí de vista.”
Los ángeles malos los rodeaban, oprimiéndolos con tinieblas para ocultarles la vista de Jesús y para que sus ojos se fijaran en la obscuridad que los rodeaba, a fin de inducirlos a desconfiar de Dios y murmurar contra él. Su única salvaguardia consistía en mantener los ojos alzados al cielo, Vi ángeles de Dios que se apresuraban a auxiliar a cuantos se empeñaban en resistir con todas sus fuerzas a los ángeles malos y procuraban ayudarse a sí mismos invocando perseverantemente a Dios. Pero nada hicieron sus ángeles por quienes no procuraban ayudarse a sí mismos, y los perdí de vista.
“Pregunté cuál era el significado del zarandeo que yo había visto, y se me mostró que lo motivaría el testimonio directo que exige el consejo que el Testigo fiel dió a la iglesia de Laodicea... Algunos no soportarán este testimonio directo, sino que se levantarán contra él, y esto es lo que causará un zarandeo en el pueblo de Dios… Ese testimonio ha de mover a profundo arrepentimiento. Todos los que lo reciban sinceramente lo obedecerán y quedarán purificados… El ángel dijo: “Mirad.” Mi atención se fijó entonces en la hueste que antes había visto y que estaba fuertemente sacudida… Doble número de ángeles custodios los rodeaban, y una armadura los cubría de pies a cabeza… En su semblante expresaban el tremendo conflicto que habían sobrellevado y la congojosa batalla que acababan de reñir; pero los rostros antes arrugados por la angustia, resplandecían ahora, iluminados por la gloriosa luz del cielo. Habían logrado la victoria, y esto despertaba en ellos profunda gratitud y un gozo santo y sagrado… Pregunté por la causa de tan profundo cambio y un ángel me respondió: “Es la lluvia tardía; el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel’” EW 269-271.
Mucha gente hoy en día está esperando que la lluvia tardía purifique sus defectos y los prepare para atravesar el tiempo de tribulación. Pero este es un error fatal, pues la lluvia tardía es el toque final sobre los caracteres de los que sean purificados por medio de la participación con Cristo en Su obra por nosotros en el Santuario celestial.
“De los defectos de carácter se vale Satanás para obtener el dominio de toda la mente, y sabe que si se conservan esos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los seguidores de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús presenta en su favor sus manos heridas, su cuerpo quebrantado; y declara a todos los que quieran seguirle: “Bástate mi gracia”. 2 Corintios 12:9... Entonces, nadie considere sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos.” GC 489.
Como podemos ver en las citas anteriores, los que esperen hasta el momento de la lluvia tardía habrán esperado demasiado y se despertarán de su letargo espiritual para hallarse entre las vírgenes imprudentes. Por eso es que la repetición de los mensajes de los tres ángeles es absolutamente necesaria para la generación final. Para estar listos para predicar el mensaje del tercer ángel, debemos haber experimentado los mensajes hallados con los dos primeros ángeles.
“Dios tiene una verdad y obra especial para Su iglesia en cada generación.” COL 78.
“En cada era hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios para la gente de esa generación.” COL 127.
“El mensaje del segundo ángel no se cumplió por completo sino hasta 1844. La iglesia había experimentado un decaimiento moral… pero esa caída no estaba completa. Cuando siguieron rechazando las verdades especiales de ese momento, cayeron cada vez más bajo… Dios aún tenía un pueblo en Babilonia y estos fieles deben ser llamados antes de la ocurrencia de Sus juicios, para que no sean partícipes de los pecados de la ciudad ni reciban ninguna de sus plagas. Este es el mismo mensaje que dio el segundo ángel… Y en el fuerte clamor del mensaje del tercer ángel se oyó una voz en el cielo decir: ‘Salgan de ella, pueblo Mío.’” Mar 171.
“La luz que hemos recibido acerca del mensaje del tercer ángel es la luz verdadera. La marca de la bestia es exactamente lo que ha sido proclamado. No se comprende todavía todo lo referente a este asunto, ni se comprenderá hasta que se abra el rollo.” 6T 17.
¿Por qué es absolutamente necesario repetir estos mensajes para la generación final? Porque cada mensaje es la experiencia por la que el pueblo de Dios pasará, conteniendo la luz adicional que brillará en ese momento.
“La proclamación de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel ha sido establecida por la Palabra inspirada… Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán.” CW 26, 27.
“Muchos de los que aceptaban el tercer mensaje no habían tenido experiencia en los dos anteriores. Satanás comprendió esto, y fijó en ellos su ojo maligno para vencerlos; pero el tercer ángel dirigía la atención de ellos hacia el lugar santísimo, y los que habían tenido experiencia en los mensajes anteriores les indicaban el camino del santuario celestial. Muchos percibieron el perfecto eslabonamiento de verdades en los mensajes angélicos, y aceptándolos gozosamente uno tras otro, siguieron al Señor por la fe en el santuario celeste. Estos mensajes me fueron representados como un áncora para el pueblo de Dios. Quienes los comprendan y acepten quedarán libres de verse arrastrados por los muchos engaños de Satanás.” EW 256.
“Los que rechazaron y se opusieron a la luz del mensaje del primer ángel, perdieron la luz del segundo y no pudieron beneficiarse del poder y la gloria que acompañaba al mensaje, ‘Miren, llegó el novio.’” EW 249.
“El clamor de medianoche… era para prepararlos para entrar por fe con Cristo al Lugar Santísimo del Santuario celestial… El mensaje del tercer ángel… mostraba el camino al Lugar Santísimo.” EW 260, 61.
“Sé que debe hacerse una obra para el pueblo, de lo contrario muchos no estarán preparados para recibir la luz del ángel enviada desde el cielo para iluminar toda la Tierra con su gloria. No crean que serán hallados como receptáculos de honor para recibir la gloria de Dios en el momento de la lluvia tardía si le dedican sus almas a la vanidad, hablan cosas perversas y en secreto aprecian las raíces de la amargura.” LS 327, 28.
“Nos acercamos al juicio y los que portan el mensaje de advertencia para el mundo deben tener manos limpias y corazones puros. Debe haber una conexión viva con Dios. Los pensamientos deben ser puros y sagrados, el alma inmaculada, el cuerpo, alma y espíritu deben ser una ofrenda pura y limpia para Dios, de lo contrario Él no la aceptará.” TM 426.
Cuando Elena White escribió para su generación, los invitaba a vivir la experiencia del mensaje del primer ángel ya que aplica para la purificación personal que es necesaria para que el pueblo de Dios se llene con la lluvia tardía y predique con poder los mensajes del segundo y tercer ángel. Como ya vimos, ella declara en el Conflicto de los Siglos, página 490: “El juicio está ocurriendo ahora en el Santuario celestial. Por muchos años esta obra ha estado en marcha. Pronto – nadie sabe cuán pronto – se avanzará al caso de los vivos.”
Creo que es muy importante que la fecha de la primera publicación del Conflicto de los Siglos fuera en 1888. Fue en ese momento que Cristo dio el precioso mensaje de rectitud por fe a A.T. Jones y a E.J. Waggoner, acompañado por mensajes oportunos de Elena White que los apoyaran para llevarle este precioso mensaje al pueblo de Dios para que avanzaran al juicio de los vivos, el cual los habría preparado para el sellado y la recepción de la lluvia tardía. Observen estas instrucciones que A.T. Jones le dio a la Conferencia General en 1893:
“(Cristo) se entregó a Sí mismo por nuestros pecados, pero… No lavará nuestros pecados… sin nuestro permiso… La elección es eternamente mía acerca de mi preferencia por mis pecados o por Él… ¿Entonces desde este momento en adelante puede haber alguna duda sobre dejar pasar algo que Dios muestre que es pecado? ¿Lo dejarán pasar cuando se le hace una objeción? Cuando se note un pecado en ti, di: ‘Prefiero tener a Cristo en vez de eso’… Si el Señor nos muestra pecados que nunca antes consideramos, eso solo demuestra que está yendo a las profundidades y que llegará finalmente al fondo y cuando halle la última cosa impura o sucia que no esté en armonía con Su voluntad y la saque y nos la muestre, podremos decir: ‘Prefiero tener al Señor en vez de eso’, entonces la obra estará completa y el sello del Dios viviente podrá colocarse sobre ese carácter.” Boletín GC, pp. 404, 405. 1893.
Queda claro que Cristo estaba listo en ese momento para llevar a Su pueblo del juicio de los muertos al de los vivos, como anticipo de la caída de la lluvia tardía. Pero algunos de los hermanos líderes se opusieron al mensaje que Jones y Waggoner llevaban y se desalentaron y dejaron la iglesia. Desde ese momento, Dios ha estado esperando una generación que predique el mensaje del segundo ángel, el cual será acompañado por el fuerte clamor del cuarto ángel de Apocalipsis 18:1-5: “Salgan de ella, pueblo Mío, para que no compartan los pecados de ella y no reciban así ninguna de sus plagas. Porque sus pecados apilados llegan al cielo y Dios recuerda los crímenes de ella.”
“Estos versículos señalan un tiempo en el porvenir cuando el anuncio de la caída de Babilonia, tal cual fue hecho por el segundo ángel de Apocalipsis 14:8, se repetirá con la mención adicional de las corrupciones que han estado introduciéndose en las diversas organizaciones religiosas que constituyen a Babilonia, desde que ese mensaje fue proclamado por primera vez, durante el verano de 1844. Se describe aquí la terrible condición en que se encuentra el mundo religioso.” GC 603.
¿Es posible para nosotros ser parte de la prédica del fuerte clamor si no hemos sido purificados de nuestros propios pecados? ¡Desde luego que no!
“Nos acercamos al juicio y los que portan el mensaje de advertencia para el mundo deben tener manos limpias y corazones puros. Deben tener una conexión viva con Dios. Los pensamientos deben ser sacros y santos, el alma inmaculada, el cuerpo, alma y espíritu deben ser una ofrenda pura a Dios, de lo contrario Él no la aceptará.” TM 426.
¿Entonces por qué Cristo no vino antes de esto? Porque no hemos avanzado desde el primitivo entendimiento de los mensajes de los tres ángeles y aceptamos el mensaje de la rectitud por fe que incluye la purificación de todos nuestros pecados, como Cristo está listo para hacer por nosotros, pero espera por nuestra inteligente cooperación.
“Si los adventistas, después del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su fe y hubieran ido unidos en pos de la providencia de Dios que abría el camino, y si hubieran recibido el mensaje del tercer ángel y si lo hubieran proclamado al mundo con el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios, el Señor hubiera obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habría terminado y Cristo habría venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa… No era la voluntad de Dios que se demorara así la venida de Cristo… La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.” LDE 37, 38.
“Pero la gente no estaba lista todavía para recibir a su Señor. Todavía debía completarse una obra de preparación para ellos. Se debía dar luz, dirigiendo sus mentes al templo celestial de Dios y al seguir por fe a su Sumo Sacerdote en Su ministerio allí, nuevos deberes serían revelados. Otro mensaje de advertencia e instrucción debía dársele a la iglesia.”
“Dice el profeta: ‘¿Quién resistirá el día de Su venida? ¿Y quién permanecerá en pie cuando aparezca? Porque es como fuego de refinador y jabón de lavandero y se sentará como refinador y purificador de plata y purificará a los hijos de Leví y los purgará como oro y plata, para que puedan hacerle al Señor una ofrenda de rectitud. Los que estén vivos en la Tierra cuando la intercesión de Cristo termine en el Santuario celestial, deberán comparecer ante la mirada de un Dios santo sin un mediador. Sus túnicas deben ser impecables, sus caracteres deben ser purificados del pecado por medio de la sangre rociada. A través de la gracia de Dios y su propio esfuerzo diligente, deben ser vencedores en la batalla contra el mal. Mientras el juicio investigativo avance en el cielo, mientras los pecados de los creyentes penitentes estén siendo removidos del Santuario, debe haber una obra especial de purificación y de eliminación del pecado entre el pueblo de Dios sobre la Tierra. Esta obra se presenta más claramente en los mensajes de Apocalipsis 14.”
“Cuando esta obra se haya completado, los seguidores de Cristo estarán listos para Su aparición.” GC 424, 25.
“El gran plan de la redención, como está revelado en la obra final de estos últimos días, debe recibir estricto examen. Las escenas relacionadas con el santuario celestial deben hacer tal impresión en la mente y el corazón de todos, que puedan impresionar a otros. Todos necesitan llegar a ser más inteligentes respecto de la obra de la expiación que se está realizando en el santuario celestial. Cuando se vea y comprenda esa gran verdad, los que la sostienen trabajarán en armonía con Cristo para preparar un pueblo que subsista en el gran día de Dios, y sus esfuerzos tendrán éxito. Por el estudio, la contemplación y la oración, los hijos de Dios serán elevados sobre los pensamientos y sentimientos comunes y terrenales, y serán puestos en armonía con Cristo y su gran obra de purificar el santuario celestial de los pecados del pueblo. Su fe le acompañará en el santuario, y en la tierra los adoradores estarán revisando cuidadosamente su vida, comparando su carácter con la gran norma de justicia. Verán sus propios defectos; y verán también que deben recibir la ayuda del Espíritu de Dios a fin de quedar preparados para la grande y solemne obra que en este tiempo se impone a los embajadores de Dios.” 5T 575.
Observen en las citas anteriores que es el pecado entre el pueblo de Dios lo que ha evitado que Cristo vuelva como ya lo habría hecho, si el mensaje purificador de rectitud por fe hubieses sido aceptado y vivido por completo desde 1888 en adelante. Pero ahora debemos regocijarnos que Cristo ya no pospondrá Su venida, pues este mensaje está ahora viviéndose y predicándose y muchos lo están recibiendo y compartiendo con otros por todo el mundo. En respuesta esto, Cristo está liberando los vientos y ya estamos viendo el auge del papado y la aceptación de los engaños satánicos por parte de las iglesias Protestantes caídas que se dan la mano con el liderazgo de la iglesia Católica. Es hora que el pueblo de Dios se levante y predique con poder el mensaje del segundo ángel, el cual llevará al mensaje del tercer ángel, que es la última palabra de verdad que la gente del mundo recibirá antes del cierre de gracia.
En este punto, quiero enfatizar un aspecto importante del gran conflicto que debe comprenderse y es acerca de la vital importancia de la prédica y la vivencia de este mensaje de purificación por parte del pueblo de Dios. Esta verdad se halla tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento:
“Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo.” Deuteronomio 17:6.
“No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.” Deuteronomio 19:15. (Ver también Mateo 18:16; 2da Corintios 13:1).
Verán, la obra de librar al mundo y el universo de pecado no puede completarse solo con el sacrificio de Cristo. Lo que hizo con Su vida perfecta, muerte, resurrección y ministerio en el Santuario celestial debe respaldarse con el producto de Su ministerio, lo que demuestra la eficacia del plan de salvación en su totalidad.
“No podemos obrar mal y aun así tener justificación ante Dios al final. Ahora es nuestro momento de gracia y debemos perfeccionar ahora nuestros caracteres para resistir la prueba del juicio. Cuando Cristo venga, no habrá cambio de carácter… Los que estén vivos… serán arrebatados para encontrarse con el Señor en el aire, si sus caracteres son inmaculados y puros. La transformación del carácter debe tener lugar durante las preciosas horas de la gracia.” ST 29/8/1892.
Al final del milenio, Cristo destruirá a todos los inicuos con fuego que consumirá y purificará al mundo (Apocalipsis 20:7-10). Por medio de Sus propias leyes, no podría hacer esto a menos que contase con un pueblo remanente purificado que con sus vidas perfectas, le diera testimonio al universo que la sangre de Cristo puede salvar completamente a todo el que acude a Él con fe, creyendo en Su poder para destruir las obras del diablo en sus vidas. La vida perfecta de Cristo y la victoria sobre el diablo es el primer testigo y Su pueblo purificado es el segundo testigo.
Por eso es que habrá tanta alegría en el cielo cuando la victoria se alcance: “Entonces oí lo que parecía ser una gran muchedumbre, como el rugir de las olas y como fuertes sonidos de trueno gritar: ‘¡Aleluya! Pues nuestro Señor Dios Todopoderoso reina. ¡Regocijémonos, alegrémonos y glorifiquémoslo! Porque la boda del Cordero ha llegado y Su novia ya está lista. Se le dio fino lino brillante y limpio para vestir. El lino fino representa la (rectitud, VRS) de los santos”. Apocalipsis 19:6-8.
Se representa a los 144.000 como “inmaculados” y de pie en el Monte Sión con Cristo, teniendo Su nombre o carácter y el nombre del Padre escritos en sus frentes. Apocalipsis 14:1, 5. Son el producto final de la obra purificadora de Cristo en el juicio al que se hace referencia en el mensaje del primer ángel y son los que predican los juicios finales de los mensajes del segundo y el tercer ángel.
“Cuando el mensaje del tercer ángel avance con fuerte voz y toda la Tierra se ilumine con Su gloria, el Espíritu Santo será derramado sobre Su pueblo. Los beneficios de la gloria se han estado acumulando para la obra final del mensaje del tercer ángel. De las oraciones que han estado ascendiendo para el cumplimiento de la promesa – el descenso del Espíritu Santo – ninguna se ha perdido. Cada oración se estuvo acumulando, lista para desbordar y derramar una inundación de sanación de influencia celestial y luz acumulada sobre todo el mundo.” Ltr. 96a, 1899, pág. 2; MR #140.
“En esta era, justo antes de la Segunda Venida de Cristo en las nubes del cielo, Dios llama a los hombres que han de preparar a un pueblo para que resistan el gran día del Señor. Tal obra como la que Juan hizo, debe llevarse a cabo en estos últimos días. El Señor le da mensajes a Su pueblo a través de los instrumentos que dispone y hará que todos escuchen las advertencias y los avisos que manda. El mensaje que precedió al ministerio público de Cristo era: ‘Arrepiéntanse… porque el reino de los cielos está cerca.’ Nuestro mensaje no será uno de paz y seguridad. Como pueblo que cree en el pronto regreso de Cristo, tenemos un mensaje definitivo que portar – ‘Prepárense para encontrarse con su Dios.’
“En este momento de apostasía casi universal, Dios llama a Sus mensajeros para que proclamen Su ley con el espíritu y poder de Elías. Como Juan el Bautista, que preparó a un pueblo para la primera venida de Cristo, les llamaba su atención hacia los Diez Mandamientos, también debemos dar claramente el mensaje: ‘Teman a Dios y glorifíquenlo, porque la hora de Su juicio ha llegado.’ Con la sinceridad que caracterizaba a Elías el profeta y a Juan el Bautista, debemos esmerarnos para preparar el camino para la segunda venida de Cristo.” 4BC 1184.
¿Quién está dispuesto para aceptar este reto y formar parte de los que prediquen el último mensaje de advertencia para el mundo y carguen fielmente con la cruz de Cristo por Él hasta que vuelva? Si respondes al llamado de Cristo para formar parte de esas filas, recibirás elogios de Cristo: “Bien hecho, buen y fiel siervo, sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré, entra en la dicha de tu Señor.” Mateo 25:21, VRS.
Artículo por Carol Zarska, MAR, Escritora.