Desde la caída de Adán y Eva, la humanidad entera ha estado bajo la ley de la herencia. Esto significa que nuestros pensamientos, vida espiritual, cuerpos físicos y nuestra herencia también están caídos y por tanto defectuosos en varios niveles. Esta verdad es reconocida en toda la Biblia y el Espíritu de Profecía. Por tanto en este estudio mencionaré una variedad de citas de varias fuentes para ayudarnos a comprender mejor cómo nos ha afectado el problema del pecado y cómo lidiar con eso de acuerdo a la inspiración y a recientes estudios científicos que respaldan nuestra desesperada necesidad por el remedio para el pecado que Cristo nos provee.
Durante seis mil años, el problema del pecado ha sido el de mayor atención para el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y todas las huestes celestiales. El pecado y la rebelión que Lucifer inició y que eventualmente tomó a un tercio de los ángeles celestiales es como un cáncer virulento que es de tal naturaleza sediciosa que sin la intervención de todo el Cielo, pudo haberse esparcido a los otros mundos.
La palabra “santidad” abarca un concepto que muy poca gente, incluyendo a los Cristianos, intentan entender en su verdadera magnitud y aun así, las Escrituras están llenas de mandatos para ser santos, así como Dios lo es. Así que en este estudio examinaremos el significado, la necesidad y el camino de la santidad.
En mi estudio anterior – “Perfeccionando la Santidad en el Santuario” – senté las bases para un estudio y aplicación más profundos de los principios del Santuario a nuestras vidas diarias a medida que crecemos con Cristo.
En nuestros estudios del Santuario hasta ahora, hemos examinado la importancia y función del Santuario para darnos la victoria sobre el pecado diariamente. Ahora quiero presentar la importancia del Santuario en la remoción permanente del pecado en nuestras vidas.
El misterio del problema del pecado ha eludido los pasos de cada hijo de Adán desde que el pecado comenzó en el jardín del Edén. Para entender esto con más claridad, debemos retroceder hasta la incepción del pecado que comenzó en el Cielo en el corazón de Lucifer.
En los estudios anteriores, traté la necesidad de entender el Santuario como el camino a la vida eternal y que caminar con Cristo nos limpia del pecado. Ahora quiero tratar al Santuario como el modo para ser salvo de las tentaciones del maligno y tener libertad y protección de su presencia y poder en nuestras vidas.
Durante seis mil años, la raza humana ha estado sufriendo los efectos de la caída de sus primeros padres en el jardín del Edén. Al mismo tiempo, Dios ha estado trabajando para llevarnos de nuevo a esa perfección de carácter con la que fuimos creados. Esto ha necesitado de tres fases básicas del trabajo de Cristo para completar todo el proceso.
Cuando Adán y Eva fueron creados, los colocaron en el hermoso jardín del Edén donde cada necesidad suya era provista para su felicidad. Sus necesidades espirituales y sociales se satisfacían por la compañía de los ángeles y las diarias visitas con Cristo en la frescura del día. Todo era paz y felicidad hasta que cedieron a la hechicería del diablo a través del medio de la serpiente y cayeron de su existencia edénica y de su perfecto acuerdo con Dios y con el otro.
Cuando Adán y Eva fueron creados, los colocaron en un hermoso hogar jardín que era una réplica del jardín de Dios en el cielo. Fueron creados para comulgar y tener una hermandad no solo el uno con el otro, sino con toda la familia celestial. Los ángeles con frecuencia los visitaban y conversaban con ellos acerca de los misterios del universo, la caída de Lucifer y los ángeles que lo siguieron y el propósito de su propia creación y lo mejor de todo era que Cristo iba a visitarlos a diario en la frescura del día.
Desde el momento en que el pecado llegó al mundo a través de nuestros primeros padres, el temor a y el alejamiento de Dios han sido el mal de la humanidad. Al consumir el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal, Adán y Eva le dieron acceso a Satanás a sus mentes y ahora podía hablarle a los centros cerebrales que fueron creados solo para ser usados por la voz de Dios que les hablaba por medio del Espíritu Santo. Pero Dios no estaba dispuesto a dejarnos en nuestra condición caída. Desde el principio se Le ocurrió un plan para restaurarnos de vuelta a una relación y compañía inquebrantable con Él y borrar para siempre los efectos que el pecado ha causado. Este plan de restauración se revela ante nosotros y se demuestra a través del Santuario.
Desde el comienzo del tiempo, siempre hubo completa armonía de corazón y mente entre Dios y Sus seres creados. Paz, amor y tranquilidad reinaban en todo el Universo. Hasta que Lucifer comenzó su descenso a la oscuridad, el desacuerdo con Dios y Sus principios no se conocía. Cuando la tentación llegó al corazón de Lucifer para cuestionar la bondad de Dios, Su sabiduría y Su ley, la repelió, pues ningún otro ser había sido tentado a aventurarse más allá de lo conocido a lo desconocido acerca del supremo Regente del Universo. Pero de alguna manera las preguntas en su corazón surgieron de una y otra vez hasta que finalmente comenzó a sopesarlas continuamente.
Cuando Dios creó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, les dio todas las características necesarias para comprender la raza humana. Adán le puso a su nueva novia “Eva”, que significa “dadora de vida”, porque ella sería la madre de todos los seres vivos. Génesis 3:20. Esto significa que las características hereditarias de Adán y Eva se transmitirían a toda su descendencia. De haber permanecido fieles a Dios, toda la raza humana habría heredado el pensamiento recto y el carácter santo.
Desde el momento en que Lucifer y sus ángeles se rebelaron contra Dios, Su ley, Su trono y Su gobierno, todo el Cielo ha estado en estado de guerra, pero toda la Biblia es la historia de esta guerra y la conclusión con la que Dios le traerá paz y armonía al universo nuevamente. Dios siempre tuvo un plan mediante el cual enfrentar el reto si cualquiera de Sus seres creados desertara y causara una revuelta en contra de Su reino.
En toda la Biblia, las trompetas se usan para anunciar algo de gran importancia. A veces el sonido de la trompeta se usaba para convocar a la gente para que escuchara las instrucciones de Dios o para acudir ante el Señor en santa asamblea. En otras ocasiones era para advertirle a la gente y prepararlos para la batalla en contra del enemigo a las puertas. En todos los casos que se usaban las trompetas, era de gran importancia que la gente oyera las trompetas y las comprendiera y obedeciera.
Desde el momento en que Adán y Eva pecaron y tuvieron que dejar su hermoso hogar jardín, el hombre se separó del propósito original de Dios de una comunión abierta con Él. Apenas el hombre pecó, Dios proveyó inmediatamente un modo de mantener la comunicación entre Él y todos los que se dispusieran al rudimentario sistema de sacrificio que se colocó en las puertas del jardín del Edén. Dios creó a la humanidad a Su imagen y Su deseo es estar en constante comunicación con nosotros. De igual modo, colocó en nosotros un profundo deseo de mantener una relación amorosa con Él y con los demás mientras recibimos y respondemos al amor de Dios por nosotros y entonces lo compartimos con todos a nuestro alrededor en un ciclo sin fin.
Cuando Adán y Eva fueron creados, estaban en complete armonía con Dios en todo aspecto. Sus mentes fueron formadas como templo para que el Espíritu Santo morara y que pudieran comulgar con Cristo cara a cara como amigos. Los ángeles los visitaban regularmente para enseñarles e instruirlo en los caminos de la salud, la alegría y la santidad. Se les contó de la deserción de Lucifer y un tercio de los ángeles y se les advirtió acerca de acercarse al árbol del conocimiento del bien y el mal, al que a Satanás se le permitió acceso a ellos si se aventuraban a desobedecer el mandato de Dios. Con todas estas ventajas, Adán y Eva se sentían completamente seguros de no sucumbir nunca a los engaños del tentador.
Una cantidad de personas recientemente me ha preguntado: “¿Es experimental el juicio investigador? De ser así, ¿puede demostrar que esto es de la Biblia y del Espíritu de Profecía? ¿Es posible saber cuándo aparecerá tu nombre en el juicio a los vivos?” Estas son preguntas muy importantes y merecen respuestas sensibles que estén respaldadas por la inspiración.
Hace ciento setenta y seis años, los padres de la Iglesia Adventista del Séptimo día esperaban que Cristo regresara a la Tierra con gran poder y gloria el 22 de octubre de 1844. Habían llegado a esta conclusión como resultado de su estudio del libro de Daniel, específicamente centrándose en la predicción de Daniel 8:14 que claramente dice:
En toda la Biblia, se usan alhajas para representar y mostrar la personalidad de Dios y reflejar las múltiplees características de Su resplandeciente presencia y la brillantez de Su gloria. Ningún ser creado puede profundizar y ningún aspecto de la creación de Dios puede revelar adecuadamente Su grandeza y quién es en realidad. Si Él pudiese transmitir en lenguaje audible y visible Su inefable amor por las criaturas que creó, no podríamos contenerlo
Recientemente he visto los escritos de gente que cree que el Dios del Antiguo Testamento es un ser iracundo de poca paciencia, al contrario de Cristo, el gentil, paciente y amoroso Salvador del Nuevo Testamento. Un artículo escrito por un profesor de teología en una de nuestras escuelas sugería que esta aparente discrepancia podría ser causada por la asimilación de los israelitas de las actitudes de sus vecinos paganos hacia sus dioses
El tema de la rectitud es central en la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Aun así, muchos Cristianos lo hallan difícil de comprender o explicar por completo. Hay una amplia gama de creencias que van desde una religión de rectitud por obras y comportamiento para agradar a Dios y merecer la salvación, hasta el extremo opuesto de creer que la rectitud de Cristo cubre la falta de la nuestra y que pecaremos hasta que Él venga y cambie nuestra naturaleza. Pero lo que creamos acerca de este tópico es cosa de vida o muerte, pues cuando Cristo culmine Su obra en la segunda habitación del santuario celestial, toda persona se habrá convertido en el producto finalizado de lo que hayan creído y no habrá más oportunidades para recibir el perdón y ser purificados del pecado.
El tema más majestuoso del universo es el de Cristo y cómo pudo vencer la naturaleza pecaminosa por nosotros. Vino como hombre y elevó a la raza humana mediante Su perfección de carácter a la posición en el cielo que Satanás y los ángeles caídos una vez ocuparon. Incluso en el cielo no le podremos agradecer lo suficiente a Cristo por hacer este sacrificio por nosotros. Pero para permitirnos el privilegio de ser los hijos de Dios por toda la eternidad, debemos entender el misterio de vencer tal como Él lo hizo.
En todo el tiempo que pasó desde la creación del mundo y la caída de Adán y Eva, hubo un constante paso de intervenciones divinas con el propósito de llevarnos a la culminación del problema del pecado y reunir a un remanente purificado con nuestro Creador. La Biblia contiene la historia de estos esfuerzos de Dios para establecer una raza de personas escogidas que Lo conozcan, adoren y cuenten con Su ley escrita en sus mentes y corazones. Gracias a su devoción y amor a Dios, Abraham fue escogido para ser la cabeza de esta raza elegida y Dios le dijo que sus descendientes serían tan numerosos como las estrellas del firmamento y la arena de la costa.
El misterio de la Trinidad nunca se comprenderá por completo durante toda la infinidad de la eternidad, pues los seres creados nunca podrán entender los recursos y cualidades ilimitadas de su Creador. Pero podemos pasar la eternidad estudiando lo que Dios nos ha revelado acerca de Sí mismo sin llegar a aproximarnos al fin. El mejor lugar para comenzar este estudio es en el comienzo de la palabra revelada de Dios.