10.) Siete Trompetas para Hoy

Cuando Adán y Eva fueron creados, los colocaron en el hermoso jardín del Edén donde cada necesidad suya era provista para su felicidad. Sus necesidades espirituales y sociales se satisfacían por la compañía de los ángeles y las diarias visitas con Cristo en la frescura del día. Todo era paz y felicidad hasta que cedieron a la hechicería del diablo a través del medio de la serpiente y cayeron de su existencia edénica y de su perfecto acuerdo con Dios y con el otro. El plan de salvación que Dios ha provisto a través de Cristo, brinda el camino de vuelta a nuestra condición original de perfecto acuerdo y compañía con Dios y con aquellos que pertenecen a la familia de Dios.

La Biblia es el manual y el mapa de nuestro viaje de vuelta al Edén y el Espíritu Santo es nuestra Guía. ¿Alguna vez se preguntaron porque hay tantos conceptos diferentes de la verdad, incluso de aquellos que claman ser estudiantes de la Palabra de Dios? Es porque la Biblia fue escrita por el Espíritu Santo y por tanto solo puede ser entendida por aquellos que sean guiados por Él a medida que estudien sus páginas. Es también cierto que aquellos que estudiaron la Biblia a través de las épocas pasadas solo recibieron la luz de Dios que Él creía que era necesaria para su momento en la historia. Por tanto, aquellos que estudian la Biblia en cada generación deberían estudiar percibir lo que Dios quiere revelarles que sea relevante para su momento histórico. Entonces su prédica será dictada por el poder del Espíritu Santo que le revelará el significado de las Escrituras a las mentes de los oyentes que estén abiertos a ser impresionados por Él.

Sin embargo, es más frecuente el caso que cuando la gente recibe una verdad de Dios, levantan una cerca a su alrededor y no pueden avanzar a una mayor luz como se le revela a las siguientes generaciones. Por ejemplo, los Luteranos continúan con las enseñanzas de Lutero, los Metodistas con las de John Wesley, los Bautistas con los descubrimientos de los Anabautistas y así sucesivamente. Si bien hay una preciosa verdad en la historia pasada del Cristianismo y ciertamente en el Protestantismo ya que se derivó de la oscuridad y abusos del Catolicismo, aún hay una verdad corriente y continuas revelaciones de luz que nos guiarán a todos de vuelta a la Tierra Prometida. Para recordarnos de nuestro propio peligro, solo debemos regresar a la historia del pueblo Judío cuando era el momento que Cristo viniera como el tan esperado Mesías. Debido a que Su venida no fue de la manera en que ellos estaban esperando, muchos de los líderes judíos y el pueblo Lo rechazaron y así se movieron para crucificar al Señor de la Gloria.

A través de los siglos, Dios movió los corazones de los hombres que estaban dispuestos a impresionarse por Su Espíritu y les reveló verdades que no solo aplicaban a la gente de su época sino también a gente que viviría posteriormente, en especial para aquellos que estarán vivos cuando Cristo vuelva.

“También tenemos una más segura palabra de profecía; a lo cual hacéis bien en estar atentos, como una luz que alumbra en un lugar oscuro, hasta el alba y la estrella diurna se levante en vuestros corazones: sabed esto, que ninguna profecía de las Escrituras es de interpretación privada. Pues la profecía no vino en la antigüedad por voluntad del hombre: sino que hombres santos de Dios hablaron como si fuesen motivados por el Espíritu Santo.” 2da. Pedro 1:19-21, VRS.

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” 1ra. Corintios 10:11, VRS.

“Cada uno de los antiguos profetas habló menos de su propio tiempo que del nuestro, para que su profecía esté vigente para nosotros… La Biblia ha acumulado y reunido sus tesoros para esta última generación. Todos los grandes eventos y solemnes transacciones de la historia del Antiguo Testamento han estado y se están repitiendo en la iglesia en estos últimos días.” 3SM 338, 339.

“En el gran conflicto final, Satanás empleará la misma política, manifestará el mismo espíritu y obra para el mismo fin, igual que en las épocas previas. Que lo que ha sido, será, excepto porque la lucha venidera estará marcada con una terrible intensidad la cual el mundo nunca antes vio.” GC XI.

“Estamos de pie en el umbral de grandes y solemnes eventos. Muchas de las profecías están por cumplirse en rápida sucesión. Cada elemento de poder está a punto de ponerse en marcha. La historia se repetirá; viejos conflictos tendrán nueva vida y el peligro acechará al pueblo de Dios por doquier. La intensidad se está aferrando de la familia humana. Está permeándolo todo en la Tierra…”

“Estudien el Apocalipsis en conjunto con Daniel, pues la historia se repetirá…”

“Los ángeles desean ver las verdades que le son reveladas a la gente que se arrepiente de corazón y que busca la palabra de Dios y que hora por mayores longitudes, anchuras, profundidades y alturas del conocimiento que solo Él puede brindar.”

“A medida que nos acercamos al fin de la historia de este mundo, las profecías relativas a los últimos días demandan especialmente nuestro estudio. El último libro del Nuevo Testamento está lleno de verdades que necesitamos entender.” TM 116.

¡Debido a que la historia se repetirá, qué diligentes y orantes estudiantes debemos ser para descubrir las gemas de luz que iluminarán nuestro camino para guiarnos seguramente hacia el reino celestial a través de los peligrosos días que se avecinan!

El libro del Apocalipsis, escrito cerca del fin de la vida del Apóstol Juan, ha sido un libro de misterio para muchos eruditos a través del tiempo. Pero ya que su propio nombre indica que Dios quiere que Su pueblo lo entienda y ya que viene de Jesucristo mismo, es imperativo que estudiemos para conocer los secretos que están ocultos en sus páginas. Un punto sorprendente acerca del libro del Apocalipsis, es que todo viene del Santuario celestial después que Cristo volvió al Cielo para comenzar Su ministerio allí y continúa a través de toda la historia mundial hasta que Cristo regrese y el pecado sea erradicado del universo.

Hay mucha verdad presente que podríamos aprender de un estudio de las siete iglesias y los siete sellos que serían aplicables a nuestro momento histórico. Pero el estudio de las siete trompetas es más urgente, porque conducen al gran clímax del toque de las siete trompetas que anuncian el establecimiento del reino de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores ante el Universo.

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo”. Apocalipsis 11:15-19.

Tradicionalmente, los Adventistas del Séptimo Día datan el comienzo de la séptima trompeta o el tercer “ay” en 1844. (Ver 7BC 804, 806; 1957 Ed.) Esto es entendible, porque el momento de juzgar a los muertos justos comenzó cuando Cristo pasó a la Segunda Habitación del Santuario en 1844. Sin embargo, creo que esto es una profecía compuesta, pues no todo en este pasaje fue completamente cumplido en 1844. Por ejemplo, los reinos de este mundo aún no se habían convertido en el reino del Señor Jesucristo, ni la ira de Dios que son las siete plagas habían comenzado en aquel entonces, ni la destrucción de aquellos que destruyen la Tierra.

He aquí algunos estatutos que soportan mi premisa del Comentario Bíblico referido arriba:

“Ira. La ira de Dios se hará presente en las últimas siete plagas (Cap. 15:1) La obra de oposición a Cristo termina con estas plagas.”

“Tiempo… Este es un momento de juicio, tanto para premiar como para destruir…”

“La mención de tanto recompensa como destrucción indica que Juan está hablando del juicio final, el cual ocurre luego del milenio (Cap. 20:12-15).”

Otro comentario interesante que apoya la doble aplicación se halla en la página 820:

“Los Estados Unidos de hoy en día continúan manteniendo los principios de la libertad garantizados en la Constitución. La manera en el que un cambio en la política ocurrirá subyace en la actual profecía (Apocalipsis 13:11). El cambio vendrá en consonancia con la crisis final inmediatamente antes del momento en que ‘Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo.’ (Apocalipsis 11:15).”

Un soporte más para una aplicación dual de Apocalipsis 11:15-19 se halla en Daniel 12:13:

“En cuanto a ti, sigue por tu camino hasta el final. Descansarás y luego al final de los días te levantarás para recibir la herencia que te corresponde.”

Creo que esto se refiere al mismo evento del que Juan habla en Apocalipsis 11:18, cuando los profetas en conjunto con los muertos justos, se levanten a recibir su herencia inmortal en la Segunda Venida de Cristo. Pablo habla de este evento en 1ra. Corintios 15:51-54:

“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.

Por tanto, creo que es justo decir que cuando Cristo comenzó a recibir Su reino cuando pasó a realizar Su obra en el Lugar Santísimo del Santuario celestial en 1844, la profecía de la séptima trompeta no estará completa hasta el fin del mundo, cuando regrese a la Tierra una vez más para recibir a Su novia y Su reino.

Habiendo establecido que la última trompeta es la Segunda Venida de Cristo, quiero explorar otra Escritura referente a la séptima trompeta. Se halla en Apocalipsis 10:5-7: “Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”.

En esta cita, estoy usando a propósito la Nueva Versión Internacional de la Biblia en lugar de la Versión del Rey Santiago, porque quiero hacer énfasis en la frase: “¡No habrá más retraso!”, como se traduce en la NVI. Cuando nuestros padres leyeron este texto por vez primera, lo interpretaron correctamente como que no habría más profecías relativas al tiempo extendiéndose más allá de 1844.

“Los Adventistas del Séptimo Día generalmente… entendieron el ‘tiempo’ como tiempo profético y su fin significa el cierre del tiempo más largo de la profecía, ese de los 2300 días de Daniel 8:14. Después de esto no hay más mensajes mencionando algún tiempo definido.” 7BC 798.

Sin embargo, también es posible traducir este pasaje como se halla en la NVI. Por favor fíjense en el fraseo Griego:

“Gr. Chronos ouketi estai, ‘El tiempo no será ya más’… Muchos expositores lo consideran como una marca del fin del tiempo y como tal, el inicio de la eternidad. Otros han tomado la palabra ‘tiempo’ en el sentido del tiempo que pasa antes de los eventos finales de la historia y así tradujeron: ‘no habrá más retraso’”. Ibid.

La Concordancia de Strong también da este fraseo como una posible traducción:

Chronos: indefinido; un espacio de tiempo (en general y así propiamente distinguido de 2540, que designa una ocasión fija o especial y desde 165, que denota un período particular) o intervalo; por extensión. Una oportunidad individual; retraso por implicación: -- temporada, espacio, tiempo(s), (un) momento.

Creo que Dios guió a nuestros ancestros a su entendimiento de este texto y respaldado por Elena White, ha permanecido como un baluarte de verdad que impide una continua reinterpretación de las profecías temporales. Interesantemente, algunos de nuestros primeros pioneros citaron este texto como: “No habrá más retraso”, posiblemente esperando que Cristo viniese en sus días. Pero no sería así, porque hay otra parte de Apocalipsis 10:6, 7 que debe cumplirse antes que Cristo venga. Es la culminación de la obra del Evangelio – la culminación del misterio de Dios. Tanto las Escrituras como los escritos de Elena White aclaran que la meta final para el pueblo de Dios es su perfección a medida que son purificados de todo pecado y por tanto convertirse en receptáculos limpios a través de los que Cristo exhibe Su vida perfecta por el poder interno del Espíritu Santo.

“Yo Pablo me hice ministro… de acuerdo a lo dispensado por Dios, lo que se me da es para ustedes, para cumplir la Palabra de Dios; incluso el misterio que ha estado oculto durante eras y por generaciones, pero ahora se hace manifestar a los santos: a quienes Dios mostraría lo que es las riquezas de la gloria de este misterio entre los Gentiles; el cual es Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria: A quien le predicamos, advirtiendo a cada hombre y enseñándoles en toda sabiduría; para que podamos presentar a cada hombre perfecto en Cristo Jesús.” Colosenses 1:23-28, VRS.

“En Cristo moró la entereza dela divinidad hecha hombre, por esto es que si bien fue tentado en todos los aspectos como lo somos nosotros, permaneció fiel en el mundo, desde que llegó a él, inmaculado de la corrupción aunque rodeado de ella. ¿Acaso no debemos también convertirnos en partícipes de esa entereza y así, solo así podamos vencer tal como Él lo hizo? Perdemos mucho al no morar constantemente en el carácter de Cristo.” 7BC 907.

Parece claro que el plan de salvación no estará listo hasta que los caracteres del pueblo de Dios sean purgados de todo pecado y reflejen por completo el carácter de Cristo. Cuando Cristo termine con Su obra en el Lugar Santísimo del Santuario celestial, arrojará Su sensor y proclamará las palabras: “¡Consumado es!” Estas son las mismas palabras que pronunció en la cruzo cuando exitosamente hubo pagado el precio de la redención de cada persona. Ahora Su justo carácter, con el cual vivió por nosotros cuando estuvo en la Tierra, será impartido e imputado a nosotros mientras Su ministerio en el Santuario celestial aún esté en marcha.

Este mismo mensaje fue claramente presentado a nuestra iglesia por A.T. Jones de 1888 y hasta mediados de la última década del siglo antepasado:

“La culminación del misterio de Dios es la finalización de la obra del evangelio y el fin de la obra del evangelio es, primero, desaparecer todo vestigio de pecado y la llegada de una rectitud perenne – Cristo formado por completo – dentro de cada creyente…

“Todo aquel cuyo corazón se inclina a la verdad y la justicia desea que esto se haga. Solo el sacerdocio y el ministerio de Cristo pueden hacerlo. Ahora es el momento para que todos lo completen. Entonces creamos en Aquel que está haciendo esto y confiemos en que Él lo hará y que lo hace por completo y para toda la eternidad.

“Este es el momento y esta es la obra de la que se escribió, que ‘no habría más retrasos’. ¿Y por qué debería haber más retrasos? Cuando el sacerdocio de nuestro Gran Sumo Sacerdote es eficiente y cuando Su sacrificio y ministerio son suficientes en aquello para lo que son prometidos y para todo lo que cada creyente espera, ¿entonces por qué debería haber más retrasos para acabar con la transgresión, ponerle un fin al pecado, reconciliar la iniquidad y la llegada de una rectitud perenne para cada alma creyente? Entonces confiemos en Él para que haga lo que se ha propuesto hacer y que solo Él puede hacer. Confiemos en Él acerca de esto y recibamos en su entereza todo lo que pertenece a dada alma que cree e implícitamente confía en el Apóstol y Gran Sumo Sacerdote de nuestra profesión – Cristo Jesús.

“Hemos visto que el cuerno pequeño – el hombre de pecado, el misterio de la iniquidad – ha puesto su propio sacerdocio, ministerio y santuario terrenal, humano y pecaminoso en el lugar del sacerdocio, ministerio y Santuario celestial y santo. En este sacerdocio y servicio del misterio de la iniquidad, el pecador le confiesa sus pecados al sacerdote y sigue pecando. En efecto, en ese sacerdocio y ministerio no hay poder de hacer nada más que seguir pecando, incluso luego de haber confesado los pecados, pero por triste que sea la pregunta, ¿no es verdad que aquellos que no sean del ministerio de la iniquidad sino que crean en Cristo y en Su sacerdocio y ministerio – no es cierto que incluso estos también confiesan sus pecados y siguen pecando?

“¿Pero es esto justo para nuestro Gran Sumo Sacerdote, para Su sacrificio y Su bendito ministerio?... Todo el que cree en Jesucristo, en el sacrificio que hizo, en el sacerdocio y ministerio que lleva a cabo en el verdadero Santuario no solo debe confesar sus pecados para terminar la transgresión, para ponerle un fin a los pecados, para hacer reconciliación por la iniquidad y para la llegada de una rectitud perenne en su corazón y vida.

“Rectitud perenne, recuerden. Nada de rectitud hoy y pecado mañana y rectitud de nuevo y luego pecado otra vez. Eso no es rectitud perenne. La rectitud perenne es una rectitud que llega para quedarse en la vida de aquel que creyó y se confesó y que aún cree y recibe esta rectitud perenne en lugar de todo el pecado y el pecar. Solo esto es rectitud perenne, solo esto es redención eterna del pecado. Y esta inefable bendición es el don gracioso de Dios por el ministerio celestial que ha establecido en favor nuestro en el sacerdocio y ministerio de Cristo en el Santuario celestial…”

“El momento de la venida del Señor y la restitución de todas las cosas está de hecho a la vuelta de la esquina y cuando Cristo venga, tomará a Su pueblo consigo. Presentará ante Sí mismo a Su gloriosa iglesia inmaculada, sin arrugas ni ningún otro defecto, sino santa y perfecta. Es para verse a Sí mismo perfectamente reflejado en todos Sus santos.

“Y así como Él aparece ante nosotros, Su pueblo también debe estar en esa condición. Antes que Él venga, debemos estar en ese estado de perfección a la completa imagen de Cristo. Efesios 4:7, 8, 11-13. Y este estado de perfección, este desarrollo en cada creyente de la completa imagen de Cristo – Esto es la culminación del misterio de Dios, el cual es Cristo en ustedes en la esperanza de la gloria. Esta consumación será completada en la purificación del Santuario, lo cual es la culminación del misterio de Dios, lo que es la finalización de la transgresión, el verdadero fin de los pecados, la reconciliación de la iniquidad, la llegada de una rectitud perenne, el sellado de la visión y profecía y el ungimiento de los Más Santos.” El Camino Consagrado a la Perfección Cristiana, parte 5. “El Momento de la Culminación del Misterio de Dios.” Por A.T. Jones.

Incluí estos extractos de este artículo de A.T. Jones para hacer énfasis en que para finales del siglo XIX, nuestros pioneros estaban escuchando un mensaje que si se le hubiese prestado atención, la obra habría finalizado en su generación y no hubiese hecho falta de repetir las trompetas antes de la venida de Cristo. (Observen su traducción de Apocalipsis 10:6 que dice: “No más retraso”. Pero este audaz mensaje fue rechazado por el presidente de la confederación y otros y la luz que Dios estaba enviándole a la iglesia de ese tiempo tuvo que esperar a una generación futura que la entendiera, escuchase su mensaje de purificación y se lo predicara al mundo.

En este punto quiero hacer la pregunta: ¿Por qué Dios necesitaría repetir los mensajes que están contenidos en las siete trompetas para la generación final? Hay un principio en Lucas 11 que nos da un abrebocas acerca del carácter de Dios que responde a esta pregunta. Cristo había sido invitado al hogar de un Fariseo, que se dio cuenta que Cristo no se lavó las manos antes de comer y le comentó a Cristo al respecto. Respondiéndole, Cristo le dijo seis “ayes” a los Fariseos y a los expertos de la ley. Después del quinto, hizo esta importante profecía:

“!!Ay de vosotros, que edificáis los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! De modo que sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación”. Lucas 11:47-51

Cristo está hablándole aquí a la misma generación que viviría para ver el cierre de la gracia dada al pueblo Judío. En mis estudios, he hallado que a través de las Escrituras, cuando se pronuncia un “ay”, siempre es para aquellos que verán cumplirse lo predicho. Dios en Su misericordia no castiga a una generación que no ha oído el mensaje de advertencia, ni la verdad que se aplique a su momento histórico. Mediante estas advertencias o responden y se escapan del consecuente juicio o rechazan la luz y cosechan la perdición que se predijo.

Por favor observen que las últimas tres trompetas se llaman “ayes”. Esto significa que los mensajes encontrados en las últimas tres trompetas se cumplirán en la generación que vivirá para ver la culminación de la obra del evangelio, el cierre de gracia y los eventos finales de la historia de la Tierra, incluyendo la Segunda Venida de Cristo.

Creo que si bien Cristo claramente dijo que no sabremos el día ni la hora de Su venida (Mateo 24:36, 42), sí quiere que sepamos cuando se aproxime y que estamos en la generación final.

“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Mateo 24:32-35.

Cristo dijo que habría guerras y rumores de guerras, pero que no eran señales concluyentes que estamos en propio fin de los tiempos (Mateo 24:6-8). ¿Entonces cómo podemos saber que hemos llegado a esa generación final? Sugiero que volvamos a Apocalipsis y miremos más de cerca a las últimas tres trompetas o “ayes”, las cuales se hallan en el versículo 13: “Mientas veía, escuché a un águila volar en medio del aire clamar con fuerte voz: Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!’”

Como mencioné antes, los “ayes” en la Biblia se le dicen a la generación que experimentará las tribulaciones que esos “ayes” predicen. Si el mensaje de rectitud por fe hubiese sido aceptado cuando A.T. Jones, E.J. Waggoner y Elena White lo predicaron por primera vez, esa generación habría vivido para ver la venida de Cristo, pero como la luz que Cristo les estaba enviando desde el Lugar Santísimo del Santuario celestial fue rechazada, tuvimos que esperar muchos años más en el desierto, tal como lo predijo Elena White. Ahora es el momento que nuestra generación avance a la Tierra Prometida. Las señales están a nuestro alrededor indicando que la venida de Cristo está próxima, “a las puertas”. Por esto es que necesitamos entender el significado de las siete trompetas para nuestra generación, ya que contienen la cuenta regresiva de los eventos que nos llevarán a la venida de Cristo.

Ya hemos considerado el significado de la séptima trompeta como la Segunda Venida de Cristo y que justo antes de Su venida, habrá un pueblo que experimentará una purificación total del pecado a medida que cooperan con Cristo en Su obra en el Lugar Santísimo que resultará en un pueblo que será inmaculado, no tendrá arrugas, ni ningún defecto y que estará de pie ante el Universo como el producto final de todo el plan de salvación. Estos son los 144.000 que se describen en Apocalipsis 14:1-5, como los que tienen el nombre de Cristo y Su Padre escritos en sus frentes. En otras palabras, tienen el carácter de Dios escrito en sus lóbulos frontales que es el área de la mente que toma las decisiones y están en completo acuerdo con Dios en toda faceta de sus vidas. Son la primera generación del pueblo de Dios que alcanzan este estado de perfección y pueden ser justamente llamados ‘inmaculados’. Así, son el mismo grupo que experimentará el misterio de Dios – Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria – cosa que Juan profetizó que se cumpliría justo antes de la venida de Cristo.

Artículo por Carol Zarska, MAR, escritora.