3.) Perfeccionando la Santidad en el Santuario
/La palabra “santidad” abarca un concepto que muy poca gente, incluyendo a los Cristianos, intentan entender en su verdadera magnitud y aun así, las Escrituras están llenas de mandatos para ser santos, así como Dios lo es. Así que en este estudio examinaremos el significado, la necesidad y el camino de la santidad.
En el principio, Dios creó todos los seres en un estado de perfecta santidad. Eran representantes de Sí mismo y Su carácter y como tales, Lo reflejaban perfectamente y estaban en perfecto acuerdo y comunión con Él en todo momento. Pero también los creó con libre albedrío y el poder de elegir con el cual podían escoger pensar diferente a Dios y finalmente romper la armonía con Él.
Y esto es exactamente lo que Lucifer, el mayor ángel del Cielo escogió hacer. Como resultado, un tercio de los ángeles celestiales fueron engañados por su especiosa lógica y eligieron unírsele y seguirlo en rebelión contra Dios y Su gobierno. Fue entonces cuando rompieron la armonía con Dios y ya no podían oír Su voz hablándole a sus corazones o responder a Sus amorosos llamados al arrepentimiento. Por tanto, estaban fuera del alcance de Su Espíritu y sus corazones y sus corazones se volcaron hacia el mal.
Esta es la condición de los perdidos a través del tiempo y será el estado de aquellos perdidos al final del mismo. Opuestamente, Dios tendrá un pueblo que habrá respondido completamente al cortejar de Su Espíritu Santo y habrá regresado a completa armonía con Él y la santidad de su carácter. Por tanto, en este estudio, una sucinta definición tanto de “santidad” como de “carácter” nos ayudará a entender el camino a la reinserción a la familia de Dios.
“Los pensamientos y sentimientos combinados constituyen el carácter moral.” 5T 310.
“La santidad es un convenio con Dios.” 5T 743.
Cuando Lucifer inició su viaje divergente de Dios, se permitió a sí mismo cuestionar la igualdad de Cristo con Dios el Padre, pero al mismo tiempo excluyendo a Lucifer de las reuniones secretas de la Trinidad. Su orgullo, pensamientos y sentimientos exaltados concernientes a sí mismo, eventualmente lo llevaron a cuestionar la premisa básica del gobierno de Dios y la justicia de Sus leyes para los seres que Él había creado. También nuestros primeros padres al escuchar las insinuaciones satánicas acerca de la bondad de Dios, cayeron en el mismo asunto de cuestionar el carácter amoroso divino y Su sabiduría al saber lo que es mejor para Sus hijos.
Entonces podemos ver el virulento carácter de los pensamientos y sentimientos que no están en sintonía con la mente de Dios, porque de seguro nos llevarán a rebelarnos en contra de Dios y apartar la voz de Su Santo Espíritu de nuestras mentes, así como pasó con Lucifer que moraba en la propia presencia de Dios y Adán y Eva quienes fueron creados con mentes que estaban en perfecta armonía con la mente de Dios antes que cayeran.
Desde que el problema del pecado comenzó – tanto en el cielo como en la Tierra – al dudar del carácter de Dios y las leyes de Su reino y Sus requisitos para con Sus hijos, es el primer lugar donde debemos comenzar el viaje de vuelta a la santidad y al convenio con Dios.
Primero, debemos reconocer nuestra condición caída. Debemos, como David, reconocer que heredamos tendencias hacia el mal y que sin Cristo no tenemos el poder de salvarnos a nosotros mismos o limpiarnos del pecado.
“He aquí, en maldad he sido formado y en pecado me concibió mi madre. He aquí, Tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo y seré limpio; lávame y seré más blanco que la nieve… Esconde Tu rostro de mis pecados y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de Ti y no quites de mí Tu Santo Espíritu.” Salmos 51:5-11.
Por nosotros mismos, no tenemos el poder de liberarnos del pecado o de limpiarnos de la iniquidad de nuestros corazones. Pero tenemos el poder que Cristo compró para nosotros en la cruz del Calvario de clamar a Dios, como lo hizo David y recibir Su poder para ser liberados del control de Satanás y el pecado.
¿Y de qué debemos ser liberados? De los pensamientos y sentimientos pecaminosos, incluyendo los impulsos. Como dijo David, estos rasgos pecaminosos son nuestra herencia de nacimiento. En otro estudio, detallé minuciosamente explicar cómo la Biblia nos enseña que a menos que seamos purgados de las raíces pecaminosas de nuestra herencia y la de nuestras propias decisiones, estamos sujetos a seguir el mismo camino en nuestras propias vidas. Pero Dios nos ha provisto de una vía de escape del pecado, de vuelta a la santidad de carácter que le dio a Adán y Eva en su creación. Este camino es llamado “El Camino de la Santidad.”
“Y habrá allí un camino, será llamado el Camino de la Santidad. El impío no transitará por allí, será para aquellos que caminen allí, los tontos inicuos no pasarán por allí… Solo los redimidos caminarán por ahí y los rescatados por el Señor regresarán. Entrarán a Sión cantando, perpetua dicha coronará sus cabezas. Alegría y regocijo los anegarán y el lamento y el suspirar desaparecerán.” Isaías 35:8-10.
Desde luego, esta es la historia acerca del cielo y al Nueva Jerusalén la cual es la herencia de los santos. Pero para llegar ahí, debemos primero transitar por “ese camino” aquí en la Tierra. Por fortuna, Dios no nos ha dejado en la oscuridad acerca de cómo dar con este camino de la santidad. Se halla en el Santuario.
El mayor propósito de Dios al sacar a los Israelitas de Egipto, fue que iban a ser un pueblo santo, aparte de todas las naciones, con un santo propósito de ejemplificar el verdadero carácter de Dios y de cómo volver a ser transformados a Su imagen y carácter y en el centro de este propósito santo estaría el Santuario, donde Dios moraría de nuevo con los hombres.
“¿Quién de entre los dioses es como Tú, oh Señor? ¿Quién como Tú – majestuoso en santidad, sorprendente en gloria, Hacedor de maravillas?... En tu amor infalible liderarás al pueblo que has redimido. En Tu fuerza los guiarás a Tu santa morada. Las naciones oirán y temblarán… Los traerás y los plantarás en la montaña de tu herencia – el lugar, oh Señor, que hiciste para Tu morada, el Santuario, oh Señor, Tus manos establecidas. El Señor reinará por y para siempre.” Éxodo 15:11-18.
“Entonces hazlos erigir un Santuario para Mí y moraré entre ellos.” Éxodo 25:8.
“Por las generaciones venideras esta ofrenda ardiente será ofrecida regularmente a la entrada de la Tienda de Reunión ante el Señor. Allí me reuniré con ustedes y les hablaré; allí también me hallaré con los Israelitas y el lugar será consagrado por Mi gloria. Así que consagraré la Tienda de Reunión y el altar consagrará a Aarón y a sus hijos para que Me sirvan como sacerdotes. Entonces moraré entre los Israelitas y Seré Su Dios. Ellos sabrán que Soy el Señor su Dios, quien los sacó de Egipto para poder morar entre ellos. Soy el Señor su Dios.” Éxodo 29:42-46.
Esta tienda de reunión era el lugar donde Dios se encontraba con Su pueblo y los acercaba a Él, enseñándoles cómo limpiar sus corazones para que se pudieran comunicar de nuevo con Dios. La palabra más común para este lugar de encuentro es “Santuario”. Se dieron instrucciones explícitas para que todo lo del Santuario estuviese en completa armonía con Dios, pero más importante, el Santuario terrenal era una copia exacta del mayor Santuario en el Cielo que es la morada de Dios. Es aquí donde Cristo acudió luego de Su resurrección y ascensión a los cielos para completar el trabajo de salvación que Su vida, muerte y derramar de Su sangre hicieron posible.
¿Pero qué tiene que ver el Santuario con nosotros en el siglo XXI? Primero que todo, era un lugar de comunicación y purificación de los pecados para el pueblo de Dios y creo que Dios quiere que estudiemos el patrón del Santuario para que aprendamos cómo comunicarnos con Dios incluso hoy en día. Cristo está en el Santuario celestial y nosotros estamos aquí en la Tierra. Pero los principios del Santuario terrenal pueden enseñarnos cómo armonizar con Dios una vez más y comunicarnos con Él para que podamos estar en completa sintonía con Su mente, lo cual es la santidad o el convenio con Él.
En Isaías 2:2-5, Dios nos promete que en los últimos días el Santuario será de nuevo una parte importante de nuestra conexión con Dios y nuestra purificación del pecado en preparación para Su venida:
“En los últimos días, la montaña del templo del Señor será establecida como la principal entre las montañas, será alzada entre las colinas y todas las naciones se dirigirán hacia ella. Mucha gente vendrá y dirá: ‘Vamos, subamos a la montaña del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Nos enseñará sus caminos, para que caminemos en ellos.’ La ley del Señor saldrá de Sión, la palabra del Señor de Jerusalén. Juzgará entre las naciones y establecerá disputas para mucha gente. Convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en podadoras. Las naciones ya no levantarán espadas en contra de la otra, ni se prepararán para la guerra ya más. Ven, oh Casa de Jacob, caminemos a la luz del Señor.”
“Pronto Dios se levantará de Su lugar para estremecer terriblemente a la Tierra y para castigar al impío por su iniquidad. Entonces Se pondrá del lado de Su pueblo y les dará Su cuidado protector. Los rodeará con sus perennes brazos para protegerlos de todo daño.” GW 265.
¿Quieres estar entre los brazos protectores del Señor cuando se cierre la gracia? Esto significa que estaremos en el Santuario, un lugar oculto de intimidad con Dios, para que pueda protegernos.
“Venid pueblo Mío, entren a sus aposentos y cierren las puertas detrás de ustedes; escóndanse por un momentito, hasta que la indignación pase. Pues el Señor saldrá de Su lugar para castigar a los habitantes de la Tierra por su iniquidad. La Tierra también revelará su sangre y ya no cubrirá a sus muertos.” Isaías 26:20, 21. VRS.
“¿Cuáles son los aposentos en los que hay que esconderse? Son la protección de Cristo y los santos ángeles.” 4BC 1143.
“Cuatro ángeles poderosos contienen los poderes de esta Tierra hasta que los siervos de Dios sean sellados en la frente. Las naciones del mundo están prestas para el conflicto, pero los ángeles las mantienen a raya. Cuando este poder que los contiene se retire, vendrá un tiempo de tribulación y angustia. Letales instrumentos bélicos se inventarán… Y todos los que no tengan el espíritu de la verdad se hallará bajo el liderato de agencias satánicas. Pero serán mantenidas a raya hasta que llegue el momento para que tenga lugar la gran batalla del Armagedón. Los ángeles están conteniendo al mundo, negándole a Satanás sus exigencias de supremacía… manteniendo a las hordas satánicas a raya hasta que el sellado del pueblo de Dios esté completo… El Señor es un refugio para todo aquel que deposite su confianza en Él. Les pide que se escondan en Él por un momentito, hasta que la indignación haya pasado. Pronto saldrá de Su lugar para castigar al mundo por su iniquidad.” 7BC 967.
¿Pero cómo llegamos a este lugar para ocultarnos? ¡Dios ya nos brindó el camino al Santuario! Por esto es que la Biblia predice que la montaña de la casa del Señor o el Santuario, será alzado al final de los tiempos, pues especifica que caminar con Cristo es necesario para estar preparados para el tiempo de la tribulación y para estar vivos luego del cierre de gracia sin un Mediador y para ser traspuesto sin ver muerte.
Cuando Salomón levantó el magnífico templo para la gloria de Dios, en su oración de inauguración dijo reiteradamente que el Nombre de Dios estaría allí. Salmos 74:7 dice: “Ellos profanaron el lugar de la morada de Tu Nombre.” ¿Qué significa que el nombre de Dios mora en el Santuario? En su oración de inauguración, Salomón dijo en 1ra. Reyes 8:29-36:
“Que tus ojos se abran hacia el templo noche y día, este lugar del que dijiste: ‘Allí estará Mi Nombre’, para que oigas la oración de tu siervo hacia este lugar… Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por un enemigo porque pecaron en Tu contra y cuando vuelvan a Ti y confiesen Tu Nombre, orando y suplicándote en este templo, entonces oye desde el Cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel y tráelos de vuelta a la tierra que le diste a sus padres.”
“Cuando los cielos se cierren y no haya lluvia porque tu pueblo pecó en Tu contra y cuando oren hacia este lugar y confiesen Tu Nombre y se arrepientan de su pecado porque los afligiste, entonces oye desde el Cielo y perdona el pecado de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales el correcto modo de vivir y envía lluvia a la tierra que le diste a Tu pueblo como herencia.”
Concordancia NIV - #9005 – Nombre: Una correcta denominación para una persona, lugar o cosa, por extensión: renombrada; clamar el nombre del Señor significa proclamar o alabar la excelencia de Jehová, adorar a Jehová o invocar el nombre de Jehová para pedir ayuda.
“Aquellos que conocen Tu nombre confiarán en Ti, pues Tú, Señor, nunca abandonas a aquellos que Te buscan.” Salmos 9:10.
“El nombre del Señor es una torre fuerte; los rectos corren a ella y están seguros.” Proverbios 18:10.
Salmos 77:13 de la Versión del Rey Santiago dice:
“Tu camino, oh Dios, está en el Santuario.”
En la concordancia NIV vemos el significado de la palabra “camino”: “Senda, ruta, vía, tramo, conducto, estilo de vida; comportamiento, carretera, misión, pasaje, cómo vivir; en el camino se debe ir.
En Isaías capítulo 35, el profeta describe la dicha y el hogar de los redimidos, en los versículos del 8 al 10 dice:
“Y habrá allí un camino, será llamado el Camino de la Santidad. El impío no transitará por allí, será para aquellos que caminen allí, los tontos inicuos no pasarán por allí… Solo los redimidos caminarán por ahí y los rescatados por el Señor regresarán. Entrarán a Sión cantando, perpetua dicha coronará sus cabezas. Alegría y regocijo los anegarán y el lamento y el suspirar desaparecerán”
Dice David en Salmos 86:11:
“Enséñame Tu camino, oh Señor y caminaré en Tu verdad, dame un corazón indivisible, que pueda yo temer a Tu nombre.”
Y en Génesis 3:24, la palabra “camino” se refiere a la vía hacia el árbol de la vida: “Así que Él expulsó al hombre y colocó Querubines al este del jardín del Edén y una espada llameante que vigilaba todo para guardar el camino al árbol de la vida.”
¿Se entiende ahora el significado del Santuario? No es solo el modo para vivir en este mundo, sino que es la revelación de Dios acerca de cómo regresar al árbol de la vida y el camino de santidad que se describe en Isaías es el camino de vuelta al Cielo para los redimidos. Pero transitar por esta vía de santidad es una elección que cada persona debe tomar por sí misma. Nadie más, ni siquiera Dios, puede tomar esta elección por nosotros. Pero a través de la Biblia, Dios apela a cada uno de nosotros para escoger seguirlo y no al mundo.
Jeremías 10:2 dice:
“No aprendan los caminos de las naciones.”
¿Se ve cómo Satanás está usando los medios hoy para infiltrar notablemente en las mentes de esta generación los caminos de las naciones a nuestro alrededor? Desde la niñez, los seres humanos se sientan frente al televisor para entretenerse y que les sirva de niñera. No es de extrañarse entonces, que la mayoría de la gente hoy no esté interesada en el camino de salvación de Dios. No tiene sentido para ellos, ya que aprendieron los caminos de las naciones a su alrededor, igual que Israel apostató de Dios gracias a las naciones a su alrededor, adoraron sus dioses y permitieron que el Santuario fuese profanado y yaciera en ruinas por años durante un tiempo.
David también observó las naciones a su alrededor y cuando trató de entender la prosperidad de los inicuos, se desanimó. Dice en Salmos 73:16, 17:
“Cuando traté de entender todo esto, fue opresivo para mí hasta que entré en el Santuario de Dios, entonces comprendí su destino final.”
En otras palabras, David comprendió cuando veía la recompensa del justo en reino de los cielos y también la recompensa por caminar con Dios incluso aquí en esta Tierra, que nada de lo que este mundo tiene que ofrecer podría superar a las glorias de conocer a Dios en Su Santuario y el privilegio de tener una relación personal con Él, incluso aquí en esta Tierra.
En el Nuevo Testamento, la nueva doctrina del Cristianismo fue llamada “El Camino” (Hechos 9:2; 19:9, 23; 22:4; 24:14, 22.) La misma palabra se usa en Hechos 14:16: “Dejó a todas las naciones seguir sus caminos.”
Ahora vemos que el propósito del Santuario es reconectarnos con el Cielo. Cuando la humanidad pecó y tuvo que dejar el hogar de su jardín, anhelaban el día en que pudiesen regresar a cómo estaban, cuando tenían perfecta y franca comunión con Cristo. El Santuario en la Tierra y el mensaje del Santuario que hemos recibido en las Escrituras y en el Espíritu de Profecía es literalmente el camino de regreso al árbol de la vida, al alinearnos a nosotros mismos con los principios de santidad y perfección de carácter que nos reunirá con la santidad que recibimos de Cristo cuando creó a Adán y Eva al principio y los colocó en el hogar de su jardín.
¿Entonces cómo podemos asegurar este maravilloso privilegio donde podemos estar a salvo de nuevo en los brazos de Cristo, comunicándonos con Él, recibiendo Su dicha, paz, amor, la sonrisa de Su aprobación y Su protección del malvado?
Vayamos entonces, al Santuario en la Tierra y hallemos en las Escrituras las llaves que nos llevarán de nuevo a la santidad y la completa comunión con nuestro Señor y Salvador. Recordemos que todo lo que necesitamos está en las Escrituras, pues la Biblia está escrita en el idioma del Santuario. Gemas de luz y verdad se hallan a través de toda la Biblia y cuando las buscamos, hallamos todo lo que necesitamos para una completa restauración de vuelta a la perfecta santidad y comunión con Dios en el árbol de la vida.
“Las Escrituras son la clave para descubrir todos los misterios y solventar todas las dificultades.” Vigilante Sureño 11/04/05.
Nuestro primer paso en este viaje al árbol de la vida se halla en Samos 100:
“Gritad de dicha al Señor, toda la Tierra. Adoren al Señor con alegría, venid ante Él con canciones de regocijo. Sabed que el Señor es Dios. Fue Él quien nos hizo y nosotros somos Su pueblo; las ovejas de Su pastoría. Pasad por Sus puertas dando gracias y a Sus cortes con alabanza; dadle gracias y adorad Su nombre, pues el Señor es bueno y Su amor perdura para siempre, Su fe continúa a través de todas las generaciones.”
“La melodía de alabanza es la atmósfera del Cielo.” HP 94.
“Vacíen el templo del alma de pensamientos malvados. Que ningún pensamiento infeliz quede adentro.” TDG 347.
“Los que buscan al Señor Lo alabarán.” Salmos 22:26.
“Bienaventurados aquellos que han aprendido a clamarte, los que caminan a la luz de Tu presencia, oh Señor. Se regocijan en Tu nombre todo el día, se exultan en Tu rectitud.” Salmos 89:15.
“La gratitud que fluye de nuestros labios es un resultado del Espíritu tocando las cuerdas del alma en santos recuerdos, despertando la música del corazón.” 6BC 1077, 8.
“El que sacrifica ofrendas de agradecimiento Me honra y prepara el camino para que pueda mostrarle la salvación de Dios.” Salmos 50:23.
“Grande es el Señor y digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, Su montaña sagrada… Dentro de Tu templo, oh Dios, meditamos acerca de Tu infalible amor. Como Tu nombre, oh Dios, Tu alabanza alcanza los confines de la Tierra, Tu diestra está llena de rectitud.” Salmos 48:1; 9, 10.
“Ábranme las puertas de la rectitud, entraré y le agradeceré al Señor. Esta es la puerta del Señor a través de la cual el recto podrá entrar. Te daré gracias, porque me respondiste, Te convertiste en mi salvación.” Salmos 118:19-21.
“Llamarás salvación a tus muros y alabanza a tus puertas.” Isaías 60:18.
Así vemos a través de toda la Biblia la clave para comenzar la relación con Dios, la comunicación con Él y la restauración para poder vivir en Su presencia es comenzar con la alabanza. ¿Por qué es tan importante esto? Porque tenemos un enemigo que quiere entrar en nuestras vidas igual que lo hizo en el jardín del Edén para apartarnos de nuestra alianza con Dios y llevarnos a la perdición. Nuestra única esperanza es mantenernos cerca de Cristo y quedarnos en la seguridad de Su protección, la cual es el Santuario.
¿Cuál es el significado de la palabra Santuario? Es un lugar para esconderse de los depredadores y enemigos. Eso es lo que significa para aquellos que siguen el camino del Santuario.
“Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes.” Santiago 4:8.
“Acercarse a Dios. ¿Cómo? Con un examen secreto y sincero de nuestro propio corazón, con una humilde, sentida e inocente dependencia de Dios, revelando todas nuestras debilidades a Cristo al confesar nuestros pecados… mientras estemos cerca de Dios, más a salvo estamos, pues Satanás odia y le teme a la presencia de Dios… Acérquense a Él orando, contemplando y leyendo Su Palabra. Cuando Él se acerca a nosotros, levanta un estándar para nosotros en contra del enemigo. Tengamos coraje, porque el enemigo no puede pasar este estandarte… El alma que ama a Dios, ama sacar fuerzas de Él estando en constante comunión con Él. Cuando conversar con Dios se vuelve un hábito, el poder del maligno se acaba, ya que Satanás no puede estar cerca del alma que está cerca de Dios.” OHC 96.
¡Qué glorioso pensamiento, que podamos escapar de la presencia y el poder del maligno en nuestras vidas, incluso en este mundo, donde debemos vivir hasta que estemos de vuelta con Dios en Su reino celestial! ¡Y Dios hizo estos pasos hacia el Santuario tan simples que hasta un niño puede aprendérselos! Dios promete hacer esto especialmente para Su pueblo al final de los tiempos:
“Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí se levantará como estandarte para los pueblos, las naciones se reunirán con ella y su lugar de descanse será glorioso. En ese día el Señor extenderá su brazo por segunda vez para reclamar el remanente de Su pueblo… Levantará un estandarte para las naciones y reunirá los exiliados de Israel; reunirá a la diáspora del pueblo de Judá de los cuatro rincones de la Tierra… El Señor… pasará Su mano sobre el río Éufrates. Lo dividirá en siete torrentes para que los hombres puedan cruzarlo en sandalias. Habrá un camino* para el remanente de Su pueblo… como lo hubo para Israel cuando salieron de Egipto.” Isaías 11:10-16.
*(Conc. NIV #5019: camino principal, camino elevado, rampa, escalones, estilo de vida, conducta en la vida, justo adelante.)
Aquí hallamos de nuevo en las Escrituras una profecía que Dios levantará el Santuario al final de los tiempos para el remanente de Su pueblo. En el pasado, el Santuario no se entendía tan claro como se debe entender por nosotros ahora, porque es el camino a la salvación y el trabajo de Cristo culminado en el Santuario celestial para preparar a Su pueblo para ser traspuesto sin ver muerte. Ningún pecado debe hallarse en aquellos que estén esperando que Cristo vuelva luego del cierre de gracia. Todo el trabajo de purificación debe hacerse antes de ese momento. Dios lo puso fácil para nosotros al “dividirnos” el camino de salvación en siete partes. La analogía de esto hecho en el río Éufrates es muy apropiada, porque el río Éufrates era uno de los cuatro ríos que manaban desde el jardín del Edén (Génesis 2:10-14). De nuevo, vemos la analogía de la Escritura de Dios brindando los siete pasos del Santuario como el camino de vuelta al jardín del Edén para el pueblo de Dios al final de los tiempos. Así, a través del Santuario, Dios le muestra el camino de vuelta tanto al árbol de la vida, como a las aguas de la vida que fueron colocadas por Dios en el jardín del Edén para la humanidad.
“En principio, esta promesa se cumplirá para el Israel espiritual, la iglesia… Estas palabras señalan el gran trabajo para la salvación del pecado ocurriendo ahora en todo el mundo… Guiando a hombres y mujeres por el camino de la luz y la verdad. El trabajo que se atestigua hoy es el cumplimiento de la profecía de Isaías y da fe de las mayores cosas que aún faltan por ocurrir… El Éufrates será secado para preparar el camino de salvación desde Babilonia… Fue luego de su captura de la ciudad de Babilonia que Ciro firmó su decreto que les permitía a los judíos volver a Judea y reconstruir el templo. Así como Dios liberó a los hebreos de los egipcios y luego de los babilonios, así mismo liberará a todo Su pueblo fiel al final de los tiempos.” 4BC 160 (No EGW).
En mi próximo artículo, detallaré más minuciosamente todo lo concerniente a la aplicación de estos siete pasos del santuario en nuestra vida cotidiana. Pero he aquí un breve esbozo para abrir su apetito de un estudio más profundo.
Paso 1: Oración.
Paso 2: Arrepentimiento y confesión de los pecados en el altar de bronce de sacrificio.
Paso 3: Estudio y aplicación de la Palabra de Dios en la fuente.
Paso 4: Recepción y llenado completo del Espíritu Santo en el candelabro de siete brazos.
Paso 5: Caminar con Cristo y recibir Su carácter recto imputado e impartido a nosotros en la mesa del Pan de Proposición.
Paso 6: Peticiones e intercesiones por nosotros mismos y los demás en el altar dorado en cooperación con la inspiración del Espíritu Santo.
Paso 7: Vivir constantemente en la presencia de y en comunión con Cristo. Recibiendo Su rectitud momento a momento. Recibir una completa purificación y purga del pecado a través del trabajo de Cristo en el lugar Santísimo. Recibir la lluvia tardía y el sello final del pueblo de Dios en preparación para el cierre de gracia al final del tiempo de tribulación.
¿Ven cuán bella, perfecta y completa es la exhibición del Santuario de Dios para la restauración del pueblo de Dios y la erradicación del pecado y los pecadores del universo? Que Dios nos bendiga a medida que aprendamos a transitar por este camino de santidad de vuelta al árbol de la vida y las aguas de la vida que manan del trono de Dios en Su reino eterno.
Artículo por Carol Zarska, MAR, escritora.