6.) Limpieza de los problemas de raíz a través del Santuario
/El misterio del problema del pecado ha eludido los pasos de cada hijo de Adán desde que el pecado comenzó en el jardín del Edén. Para entender esto con más claridad, debemos retroceder hasta la incepción del pecado que comenzó en el Cielo en el corazón de Lucifer.
“En Edén, en el huerto de Dios estuviste… Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad… Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario”. Ezequiel 28:12-18.
“*Deshonraste tus santuarios por la multitud de tus iniquidades, por la iniquidad de tu tráfico.” Versículo 18 – VRS.
Tráfico: Trato (como comercio): - mercancía, tráfico. Conc. De Strong.
Santuarios: Cosa o lugar consagrado, especialmente un palacio, santuario o asilo: -- capilla, sitio santo, lugar sagrado, santuario. Ibid.
¡Es significativo que el pecado comenzó en el Cielo ante la propia presencia de Dios donde el mayor ser creado profanó su santuario interno o alma a través del orgullo y la rebelión! Entonces comenzó a propagar sus herejías al compartir con otros a su alrededor el veneno de su malvada y distorsionada imaginación. Como resultado, un tercio de los ángeles celestiales cayeron de su estado exaltado alrededor del trono y eventualmente la enfermedad del pecado se regó entre nuestros primeros padres en el hermoso nuevo mundo que Dios había creado para Su honra y gloria.
¿Qué es tan atractivo acerca del pecado que causaría que literalmente millones de seres creados sucumbiesen ante su poder? Sugiero que es por el orgullo y la rebelión en contra del control de un poder mayor y la necesidad de obediencia a Su Ley para retener la relación con Él y la pureza y santidad de nuestra alma interna o “santuario”.
Dios siempre crea seres a Su propia imagen y semejanza. (Génesis 1:27). Así, la naturaleza interna del hombre era una réplica de la de Dios. Esto le dio al hombre un acceso total al corazón de Dios y en tanto el hombre preservara su integridad, Dios tendría acceso total para comunicarse con él en todo momento. Lo mismo aplica para los ángeles celestiales, en especial el mayor de ellos, Lucifer.
“Lucifer era el primero de los querubines de cubierta.” PP 35.
“Dios lo hizo bueno y hermoso, lo más parecido posible a Sí mismo.” 4BC 1163.
“Tenía un lugar privilegiado en el cielo, poseyendo un trono radiante con luz.” 7BC 973.
Su “…mente maestra, luego de la de Cristo, era la primera entre las huestes de Dios.” PP 36.
“Y codiciando la gloria con la que el Padre infinito había investido a Su Hijo, el príncipe de los ángeles aspiró a un poder que era únicamente la prerrogativa de Cristo.” PP 35.
“Satanás cayó de su alta posición gracias a la auto exaltación… Cayó por la misma razón que miles están cayendo hoy, gracias a una ambición de ser primeros y la indisposición de tener recato.” 7BC 969.
Cuando Lucifer fue creado, la Ley de Dios estaba en su corazón y los atributos de Dios estaban en su carácter. Nadie lo atrajo al pecado, nadie lo tentó a rebelarse ante su Creador. El pecado salió de su propio corazón cuando se permitió a sí mismo codiciar la posición de Cristo. Así es cómo él “profanó sus santuarios”, -- el lugar más sagrado de su mente, donde la Ley de Dios fue colocada cuando fue creado. Así, rompió su comunión con Dios, estableció su propio reino e hizo sus propias reglas sobre cómo se manejarían él y sus seguidores.
¿Cómo pudo pasar esto en un mundo y un ambiente perfecto, donde antes solo había luz, paz, dicha y presteza a obedecer las leyes de Dios las cuales eran inherentes y estaban en cada individuo desde su creación? La única respuesta es el egoísmo y la introspección, -- consultar los pensamientos y sentimientos propios sin buscar a Dios por Su perspectiva acerca de todo lo que experimentamos, pensamos o sentimos. ¿Cómo puede ser revertido este proceso de egoísmo? El camino de Dios de vuelta a la perfección y santidad está expresado en las escrituras, las cuales están escritas en idioma del santuario. Como David escribió en Salmos 77:13 – VRS:
“Tu camino, oh Dios, está en el Santuario.”
Una vez que entendamos los principios del Santuario, podremos discernir el camino de regreso a la santidad y el acuerdo con la mente de Dios en todos los aspectos de nuestras vidas.
Como ya hemos visto, “La Santidad es el acuerdo con Dios” (5T 743) y la meta del Santuario es llevarnos de vuelta a ese acuerdo con Dios. En nuestra naturaleza caída, consultamos nuestros propios sentimientos acerca de los retos de nuestras vidas y actuamos acordemente. Nuestros pensamientos se inclinan a la auto protección y la auto preservación y reaccionamos a nuestras experiencias de vida del modo que sentimos que es mejor para nosotros. Esta natural reacción humana ante el sufrimiento y el abuso puede distorsionar nuestra percepción de la vida y hacer que transitemos por caminos no santos tanto de pensamiento como de reacción.
Si hay negligencia o abuso de alguna clase en nuestros hogares durante la niñez, llegamos a la adultez usando los mecanismos para avanzar que aprendimos de esas experiencias de la niñez. Los abusos causan miedo, rabia, resentimiento, amargura o cualquier otra cantidad de problemas. Así, mucha gente crece lisiada y con daños emocionales, los cuales llevan a sus vidas de adultos.
“La razón por la que hay tantos hombres y mujeres de corazón duro en nuestro mundo es porque el verdadero afecto ha sido considerado como debilidad y se lo ha desalentado y reprimido. La mejor parte de la naturaleza de personas de esta clase fue pervertida y deformada en la infancia, y a menos que los rayos de la luz divina puedan derretir su frialdad y su egoísmo insensible, la felicidad de los tales está enterrada para siempre. Si queremos tener corazones tiernos, como tuvo Jesús al estar en la tierra, y compasión santificada, como los ángeles la tienen por los mortales pecadores, debemos cultivar esa ternura de la infancia, que no tiene doblez”. ML 173.
No solo nuestras experiencias en la niñez tienen que ver con nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos como adultos, sino que somos producto de las tendencias hereditarias hacia el mal que se nos legaron. Este principio se menciona en el segundo mandamiento del Decálogo.
“No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. Éxodo 20:5, 6.
“Es inevitable que los niños sufran las consecuencias del mal proceder de los padres, pero no se les castiga por la culpa de sus padres, salvo que participen de sus pecados. Es frecuente el caso, sin embargo, en el que niños siguen los pasos de sus padres. Por herencia y ejemplo, los hijos se vuelven partícipes de los pecados de los padres. Las malas tendencias, los apetitos pervertidos, las morales viles, al igual que enfermedades físicas y degeneración son transmitidas como un legado de padre a hijo, hasta la tercera y cuarta generación. Esta terrible verdad debería tener un poder solemne para evitar que los hombres sigan un curso de pecado.” PP 306.
“Cuántos hay que revelan egoísmo y crueldad en su trato con los demás. Cuántos Cristianos profesos parecen nunca satisfacerse a menos que estén en un conflicto. Cuántos círculos en los hogares se rompen porque los miembros reciben y actúan de acuerdo a las sugerencias de Satanás.”
“No hay palabras desagradables en el cielo. Ningún pensamiento cruel se aprecia. Allí, la envidia, el ceder al mal, al odio, al conflicto, no tienen lugar. La armonía perfecta corre por las cortes celestiales.”
“Bien sabe Satanás lo que es el cielo y lo que es la influencia de los ángeles. Su trabajo es introducir en cada familia los crueles elementos de la desobediencia, aspereza y egoísmo. Así, busca acabar la felicidad de la familia. Sabe que el espíritu que gobierna en la casa se llevará a la iglesia.” UL 163.
La gente que creció en hogares donde el abuso está presente, con frecuencia tiene más dificultad al controlar sus propios pensamientos, palabras y conductas. Así, sus caracteres – “pensamientos y sentimientos combinados” – (5T 310) – son legados a la siguiente generación.
Las influencias prenatales también tienen mucho que ver con la formación de nuestros caracteres:
“Incluso antes del nacimiento del niño, la preparación debe comenzar para permitirle batallar con éxito contra el mal. Especialmente la responsabilidad recae sobre la madre. Ella, de quien el niño se nutre y donde el niño se forma físicamente, le imparte también influencias mentales y espirituales que tienden al moldeo de la mente y el carácter…”
“El efecto de las influencias prenatales es considerado por muchos padres como un asunto efímero, pero el cielo no lo considera así… La buena formación del niño será afectada por los hábitos de la madre… Si antes del nacimiento de su hijo, ella es auto indulgente, si es egoísta, impaciente y regular, estos rasgos serán reflejados en la disposición del niño. Así, muchos niños recibieron como regalo al nacer unas tendencias casi inconquistables hacia el mal.”
“Pero si la madre se atiene invariablemente a principios rectos, si es templada y abnegada, bondadosa, apacible y altruista, puede transmitir a su hijo estos mismos preciosos rasgos de carácter.” MH 371-73.
En adición a la influencia de los padres sobre los niños, está el hecho que Satanás tiene acceso a los hijos porque nacen en un mundo que clama como suyo.
“Los niños que no experimentan el poder purificador de Cristo son la presa perfecta para el enemigo y los ángeles malvados tienen fácil acceso a ellos. A algunos padres no les importa y sufren a sus hijos creciendo con nada de recato. Los padres tienen un gran trabajo que hacer en el asunto de corregir y entrenar a sus hijos y llevarlos ante Dios y clamar Sus bendiciones sobre ellos. El poder de los ángeles malvados puede romperse mediante el incansable y ferviente esfuerzo de los padres, así como la gracia dada a los niños como respuesta a las oraciones de sus padres, de esta manera una influencia santificadora puede recaer sobre los niños. Así, los poderes oscuros retrocederán.” CT 118.
¿Estamos entonces condenados a cargar la cruz para siempre que fue causada por las influencias negativas que experimentamos en nuestra niñez? No, podemos tener una sanación y restauración completa mientras caminamos con Cristo a través de la experiencia purificadora del Santuario. Por ejemplo, usaré la situación de abuso paternal:
#1 – Alabanza – Conectar nuestra mente y corazón con los de Dios:
Te agradezco, padre Celestial que aunque sufrí abusos en mi niñez, sé que siempre me amaste y siempre estás ahí para mí, incluso cuando no me daba cuenta que era un niño. Eres mi Creador, mi Redentor y quien me sostiene. Si Ti no tendría vida. Mis padres me trajeron a este mundo, pero Tú me diste la vida y como dijiste por medio de David en Salmos 27:10-14:
“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá. Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”.
Espero por Ti, mi Señor y Salvador, para que me lleves y me enseñes tu camino de vida eterna que se halla en Tu Santuario.
#2 – El Altar de Sacrificio – Confesión del pecado:
Te pido, padre Celestial, que me perdones por la rabia que he sentido y cosechado en mi corazón hacia mis padres todos estos años. Sé que eso me volvió una persona amarga a veces y sin duda se lo transmití a mis propios hijos también. Gracias, querido Señor, porque tomaste mi pecado y lo llevaste hasta la cruzo del Calvario y moriste en mi lugar para que yo pudiese vivir y recibir Tu salvación, misericordia y perdón. ¡Cómo anhelo ser como tú, Señor! Por favor ayúdame a salir de toda amargura y rabia y que pueda recibir el hermoso y perfecto carácter impartido e imputado que me has dado a cambio de mi pecado.
#3 – La fuente – Lavar mis manos con la palabra de Dios:
Ahora veo la enormidad de mi pecado de rabia y rebelión y anhelo estar libre de pecado y ser limpio de mi iniquidad. No hay excusa para tomar los pecados de mis padres y quiero un corazón que esté limpio y listo para que lo uses para que sea una bendición para todos a mi alrededor. Solo Tú puedes hacer esto, pues es un milagro, pero quiero que Tu Palabra sea plantada en mi corazón por Tu Santo Espíritu. Lávame y seré limpio y prepárame para recibir la entereza de Tu Espíritu.
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría… Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. Salmos 51:6, 10, 13.
#4 – El Candelabro de siete brazos – Recibir al Espíritu Santo:
Señor, Te pido ahora que llenes mi mente con pensamientos, sentimientos, actitudes y motivos santos. Dame Tu sabiduría para todo lo que me encuentre en la vida y lléname con Tu amor, dicha, paz, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Por favor límpiame de cualquier cosa que me evite recibir todos los dones y aspectos del Espíritu Santo. También Te pido que me reveles Tu propósito y plan para mi vida y guíame hacia toda verdad mientras camino contigo para que no solo pueda disfrutar de Tu presencia en mi vida, sino que también pueda ser una bendición para todos a mi alrededor.
#5 – La mesa del pan de proposición – Conocer a Cristo y asimilar Su carácter en mi vida:
Señor, mientras leo tu palabra y estudio las historias de cómo lidiaste con todo el abuso, rechazo, sufrimiento y lamento de Tu vida aquí en la Tierra, te agradezco profundamente por Tu amor al mostrarme el camino para ser como Tú. Quiero ser gentil, paciente y sabio al lidiar con la gente, paciente incluso si los demás me tratan injustamente. Por favor ayúdame a no responderle de mala manera o a no guardarle rencor a nadie, sino que pueda conocerte y oír Tu voz hablándome bajo cualquier circunstancia, ese es mi mayor deseo, para poder reflejarle Tu carácter a los demás doquiera que vaya.
#6 – El altar dorado del incienso – Intercesión propia y por los demás:
Querido Padre, ahora que me limpiaste de todos mis pensamientos y sentimientos negativos tanto a mí como a los demás y me llenaste con Tu Espíritu, Te pido las bendiciones que prometiste darle a Tus fieles hijos. Señor, por favor, ven a mi lado y ayúdame a interceder por los demás como Tú lo hiciste cuando caminaste en esta Tierra y envíame Tu Santo Espíritu para que me inspire y lleva mis palabras ante el trono de gracia inmaculado con tu perfecta rectitud. Que puedas responder a todas mis peticiones de la mejor forma posible que sea acorde con Tu perfecta voluntad. Inspírame a orar por lo que quieres que ore y dame la certeza y la fe para creer que lo que sea que pida en Tu nombre y a través de la unción de Tu Espíritu, lo recibiré.
#7 – El Arca de la Alianza en el Lugar Santísimo – Cristo termina la obra de gracia al eliminar los pecados de Su pueblo que se ha arrepentido, confesado y vencido todos sus pecados a través de una constante conexión con Él en Su obra en el Lugar Santísimo. Entonces Él vierte Su Santo Espíritu en la lluvia tardía y sella a Su pueblo por la eternidad.
Querido Padre celestial, Te alabo porque le diste a Tu Hijo el derecho de terminar Tu obra de gracia en mi corazón y eliminar así cualquier recuerdo de mis pecados y execrarlos de los libros celestiales. Solo quiero que la voz que se oiga en mi mente sea la Tuya y Te agradezco por no tener que necesitar oír nunca más la voz del maligno y sus acusaciones o sentir una respuesta en mi corazón ante sus tentaciones. Gracias, Señor, por Tu muerte en la cruz del Calvario y porque derramaste Tu sangre lo cual es suficiente para purificarme de todos mis pecados. Mi único deseo es vivir por completo para Ti y glorificar Tu nombre ahora y para siempre. Déjame sentir Tu presencia caminando a mi lado en todo momento y permíteme representar y ejemplificarle Tu carácter a todos aquellos que están en las esferas de mi influencia. Que sea para Ti la honra y la gloria por lo que has hecho en mi vida al tomar a este pecador y transformarlo en una parte de tu novia inmaculada para que pueda vivir para siempre contigo en el cielo, alabándote delante de Tu trono y magnificando lo que has hecho por mí y por todos los que son salvos por Tú obra de gracia.
Textos de soporte:
“Ten piedad de mí, oh Dios, de acuerdo a tu amor infalible, de acuerdo a tu gran compasión suprime mis transgresiones. Lava toda iniquidad mía y límpiame del pecado… Es verdad, era un pecador cuando nací, pecador desde el momento en que mi madre me concibió… Esconde Tu rostro de mis pecados y elimina toda mi iniquidad… No me eches de Tu presencia o me retires Tu Santo Espíritu… Los sacrificios de Dios son un espíritu roto, un corazón roto y arrepentido, oh Dios, no los despreciarás.”
¡Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado… He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre… Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Salmos 51:1, 2, 5, 9, 17.
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho”. Isaías 1:18-20.
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte”. Isaías 43:25, 26.
“Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras. Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre. Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo”. Isaías 26:12-14
La meta de la salvación de Dios es erradicar por completo todo vestigio de lo que Satanás ha hecho para esparcir su rebelión, primero en el cielo y luego aquí en la Tierra para hacer que la humanidad se parezca a él. Por esta razón, Cristo vino a rescatarnos de la condición caída y para restaurarnos completamente a como éramos en el momento de nuestra creación y para darnos santidad de carácter y comunión inquebrantable consigo mismo. El Santuario es el camino que Dios nos brindó para curarnos de todo rastro del pecado y para devolvernos a la perfección y la santidad a través de la comunión con Cristo en cada asunto de nuestras vidas.
Para que esto ocurra, debemos darnos cuenta y aceptar que la meta de Dios para nosotros es la perfección de carácter. Muchos Cristianos perdieron la fe en sus esfuerzos para alcanzar la perfección porque intentan hacer esto solos, o con una combinación de esfuerzo humano y gracia divina. Si bien es cierto que el esfuerzo humano es esencial, ese esfuerzo debe alcanzar el estado de comunión inquebrantable con Cristo como tenía Enoc y nunca debemos conformarnos con nada menos que esto.
“Podemos tener lo que Enoc tenía. Podemos tener a Cristo como nuestro constante compañero. Enoc caminó con Dios y cuando fue asaltado por el tentador, le contaba a Dios. Él no tenía un ‘escrito está’ como nosotros, pero tenía conocimiento de su Compañero celestial. Hizo de Dios su Consejero y estaba íntimamente vinculado con Cristo. Y Enoc fue honrado en este curso. Fue transportado al cielo sin experimentar la muerte. Y aquellos que serán trasladados al final de los tiempos serán aquellos que comulguen con Dios en la Tierra. Aquellos que manifiesten que su vida está oculta con Cristo en Dios siempre lo representarán en todo lo que sus vidas practiquen. El egoísmo será cortado de raíz.” 1BC 1087.
“Refieran cada pensamiento y acción ante Él, preguntando: ‘¿Es este el camino del Señor?’ Si lo hiciéramos, caminaríamos con Dios tal como lo hizo Enoc.” 6T 393.
“¿Cómo caminó Enoc con Dios? Educó su mente y corazón para siempre sentir la presencia de Dios y cuando estaba perplejo, sus oraciones ascendían a Dios para guardarlo, para enseñarle Su voluntad. ‘¿Qué puedo hacer para honrarte, Dios mío?’ era su oración.” ST 29/12/1887.
“Los seres celestiales obrarán con el agente humano que busque con fe decidida aquella perfección de carácter que alcanzará la perfección en la acción. A todos los que están ocupados en esta obra Cristo dice: ‘Yo estoy a tu diestra para ayudarte’”. COL 332
¿Estás luchando con las tentaciones y la debilidad de carácter que vienen de tu ambiente, tu vida pasada o son tu herencia? Puedes ser libre si cooperas con las provisiones que Dios hizo a través de una relación con Cristo en Su Santuario. ¡Que nada te impida apresurarte a ir a Su presencia y recibir la ayuda que necesitas para estar en completa armonía y acuerdo con Él!
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”. Judas 24, 25.
Artículo por Carol Zarska, MAR, escritora.
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